Por Percy Taira En estos tiempos en que una de las críticas mayores a la Iglesia Católica es el papel que le da a las mujeres dentro de sus instituciones religiosas, cabe recordar la historia de una mujer, que se convirtió en ser la primera de este género en trabajar de manera oficial, dentro de las paredes del Vaticano. Su nombre era Hermine Speier, era arqueóloga, y fue contratada por el Vaticano en 1934 para organizar el archivo fotográfico de los museos vaticanos. Lo curioso del caso, es que esta mujer rompió varios clichés y tabúes que hasta el día de hoy se creen, tiene el Vaticano. Es que su particularidad no sólo recae en su sexo, sino también en su nacionalidad y además, en su religión. En principio, podemos decir que a diferencia de la gran mayoría de los que trabajaban en esos tiempos en el Vaticano, Speier no era una religiosa, sino como hemos dicho, una civil, una académica; tampoco tenía nacionalidad italiana, un requisito importante para la época para c