EL INICIO DE LA CREENCIA CATÓLICA EN LAS BRUJAS

Aunque suene difícil de creer hoy en día, la imagen del brujo o la bruja no siempre fue considerada como maligna o diabólica por la Iglesia católica, es más, en épocas antiguas la doctrina eclesial no daba fe de su existencia y por el contrario, creer en ellas era considerado un acto de herejía. Sin embargo, esto cambió, y luego de considerarlas casi como un producto de la imaginación del hombre pasaron a ser seres reales y peligrosos capaces de afectar a los propios cristianos y con ello al catolicismo. Esto llevó al Vaticano a iniciar su tan tristemente recordadas “cacerías de brujas” que provocó una serie de abusos y asesinatos primero en Europa, y luego, en el nuevo mundo. ¿Pero cómo se produjo este cambio? ¿Por qué primero se les consideraba seres irreales y luego se creía en su existencia? ¿Cuándo la Iglesia comenzó a creer en las brujas? Imaginando a las brujas Para entender esto, debemos comenzar por el principio. En el 906, el arzobispo de Trier ordenó al abad de Tréver