¿Eisenhower se reunió con extraterrestres en 1954? La verdad detrás de su misteriosa desaparición
Por Expediente Oculto
En el año 1954, Estados Unidos vivía un momento histórico sumamente tenso. Aunque la Segunda Guerra Mundial había terminado menos de una década antes, la Guerra de Corea seguía activa, la Guerra Fría estaba en su apogeo y la amenaza nuclear mantenía a la población bajo una constante tensión. El miedo al espionaje soviético era generalizado, y los rumores sobre ovnis, platillos voladores y seres extraterrestres comenzaban a circular de forma más frecuente, especialmente luego del incidente de Roswell en 1947.
Una carta que lo cambiaría todo
En medio de este ambiente cargado de paranoia y misterio, una carta dirigida a la Borderland Science Research Associates (actual Borderland Foundation), un grupo que investigaba fenómenos sobrenaturales, metafísica e incluso ovnis, encendería una de las teorías de conspiración más impactantes de la historia moderna: la supuesta reunión del presidente Dwight Eisenhower con seres extraterrestres.
La carta fue firmada por Gerald Light, un sensitivo y vidente que afirmaba haber realizado viajes astrales y que aseguraba haber estado presente en la base aérea de Muro (hoy Edwards Air Force Base), junto a figuras de alto perfil como Franklin Allen (periodista del grupo Hearst), Edwin Nourse (asesor financiero del expresidente Truman) y el obispo McIntyre, delegado papal en EE. UU. Light describía haber sido testigo de cinco tipos distintos de naves no terrestres, custodiadas y manipuladas por miembros de la Fuerza Aérea con la ayuda y permiso de los "estéticos", seres que se interpretan como extraterrestres.
La noche en que desapareció el presidente
Según la carta, el mismo presidente Eisenhower habría sido llevado secretamente a Muro durante una visita a Palm Springs, California. De hecho, hay un hecho verificable: el 20 de febrero de 1954, Eisenhower desapareció misteriosamente durante la noche. La versión oficial fue que sufrió un accidente dental y que tuvo que acudir de urgencia a un dentista. Esta explicación pareció poco creíble para muchos, sobre todo considerando que se encontraba en un lugar con infraestructura limitada, como lo era Palm Springs en esa época.
El contenido de la carta de Gerald Light, aunque considerada por muchos como una invención, coincidía curiosamente con este episodio público y real. Además, el testimonio de Light no quedó solo. Otros personajes, muchos de ellos con antecedentes militares y de inteligencia, afirmaron años después que esta reunión efectivamente tuvo lugar.
Nórdicos, grises y decisiones difíciles
Uno de ellos fue Bill Cooper, miembro de la inteligencia naval estadounidense, quien afirmó que el gobierno había iniciado dos proyectos: Sigma, para la recuperación de tecnología extraterrestre, y Platón, centrado en la diplomacia con civilizaciones alienígenas. Según Cooper, los primeros en llegar fueron seres nórdicos: altos, de piel y labios blancos, que pedían el desarme nuclear total a cambio de ayuda ecológica y social. Pero Eisenhower habría rechazado la oferta en medio de la tensión con la Unión Soviética.
El relato toma un giro aún más inquietante cuando se introduce el supuesto "Tratado Greada", un acuerdo secreto entre el gobierno estadounidense y una segunda raza de alienígenas conocidos como los grises. A cambio de tecnología avanzada, estos habrían recibido permiso para secuestrar seres humanos y animales con fines de experimentación. Este tratado, según distintas fuentes, fue gestionado por un grupo ultrasecreto llamado Majestic 12, compuesto por militares y científicos con acceso a los más altos niveles de información clasificada.
Más voces se suman al relato
Otros personajes clave también reforzaron esta narrativa. Charles L. Suggs, un comandante de la Marina, aseguró en sus últimos días de vida haber estado en la base Muro durante el supuesto encuentro, y detalló que los visitantes se comunicaban telepáticamente. John Lear, piloto de la CIA y de pruebas para la Marina y Lockheed, declaró que tras la negativa del presidente a los nórdicos, se establecieron acuerdos posteriores con los grises, quienes no exigían el desarme nuclear.
Robert Dean, oficial de inteligencia de la OTAN, también afirmó haber tenido acceso a documentos altamente clasificados que hablaban de este encuentro. Según él, había cuatro especies alienígenas interactuando con el planeta en los años 50. Su testimonio coincidía con la línea argumental de los demás involucrados.
Tecnología a cambio de silencio
Finalmente, el coronel Philip Corso, condecorado y respetado militar estadounidense, declaró en 1998 que el Tratado Greada no fue un acuerdo, sino una rendición. A cambio, Estados Unidos habría recibido tecnologías que darían paso a desarrollos como la fibra óptica, los microchips y el láser.
Incluso hasta hace pocos años, descendientes de Eisenhower, como su bisnieta, han afirmado públicamente que su familia conocía la existencia de dicho encuentro y que el propio presidente lo habría confirmado en privado. Lo más inquietante es que, según estas fuentes, el acuerdo aún estaría vigente.
¿Mito o verdad encubierta?
Aunque muchos consideran todo esto una fantasía conspirativa, los múltiples testimonios de personas de alto rango y credibilidad, la extraña desaparición de Eisenhower, y la coherencia entre los distintos relatos, han mantenido viva esta historia por décadas. ¿Fue todo un elaborado engaño? ¿O acaso en 1954, la historia de la humanidad cambió para siempre y nos lo han ocultado?
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