EXTRAÑOS AVISTAMIENTOS EN LOS CIELOS DE LA LIMA ANTIGUA (LIMA Y EL AGUSTINO)
Por Percy Taira
A inicios de este mes de
diciembre, publicamos en este blog, un extracto del libro “A Particular
Relation of the late Earthquake at Lima and Callao” (Una crónica particular
del último terremoto en Lima y Callao), publicado en Londres, Inglaterra, en
1748, y que habla justamente sobre el terrible terremoto que sufrieron estasciudades el 28 de octubre de 1746.
LA GRAN ESFERA LUMINOSA DE LIMA
Pues bien, en este libro, en
uno de los párrafos, se da cuenta de un hecho que llamó la atención de uno de
los cronistas. Se trata del avistamiento ocurrido en la ciudad de Lima, una
noche del 14 de mayo de 1746, de una extraña y gran esfera brillante
que según la crónica, se mantuvo suspendida en el cielo por unos 15 minutos,
iluminando gran parte de la ciudad como si fuera “otro sol”. El autor la
identificó como un meteorito, pero viendo las características, quizá sea algo
mucho más extraño.
Este es el relato:
“Terminaremos este artículo
dando cuenta del paso de un meteoro el 14 de mayo, aproximadamente a las nueve
de la noche. Al este de Lima apareció un globo de fuego de un tamaño
extraordinario, que tuvo más de un cuarto de hora iluminando los llanos como
otro sol, dispersó una infinidad de pequeñas chispas, las cuales descendieron,
por así decirlo, y desapareció. Estas personas, dice nuestro autor, que son muy
supersticiosas, se imaginaron que este fenómeno presagiaba algún terrible
terremoto, que en pocos días iba a suceder tragando a todos”.
EL GLOBO DE FUEGO DE EL AGUSTINO
Pues bien, en Expediente
Oculto hemos seguido buscando estas referencias antiguas sobre extraños
avistamientos y hemos encontrado este texto del Mercurio Peruano del día 3 de
mayo de 1792, en la que da una relación sobre un “globo de fuego” avistado en
Lima.
El avistamiento debió ser lo
suficientemente extraño como para llamar la atención de los cronistas del
Mercurio Peruano, publicación escrita por los intelectuales de ese entonces y
que por lo general trataba temas políticos, sociales y científicos.
Pues bien, en este artículo
titulado: “Observación de un globo de fuego”, el autor narra el avistamiento de
un “globo de fuego” el día 18 de abril a las 2 y media de la madrugada. Este
avistamiento se dio en lo que hoy es el distrito de El Agustino. Dice que era una
bola de fuego de 2 pies de diámetro (menos de un metro) realizó una elevación
recta en el horizonte y luego, con una gran velocidad, formó un arco de 80
grados, hasta perderse o desaparecer con un gran estruendo en el cerro del
Agustino. Según el testimonio el llamado globo de fuego, tenía además “sombras
azules”.
Este es el texto original:
“El 18 del mes pasado de abril
a las 2 y media de la mañana, estando
despejada y serena la atmósfera apareció por el N. de esta Ciudad un Globo de
fuego de 2 pies de diámetro. Su elevación perpendicular sobre el horizonte
parecía ser de 70 toesas (sic). Inflamado por la parte inferior, y coronado de unas sombras azules giró con
alguna velocidad ácia al S. hasta formar un arco de 80 grados: entonces dio un
traquido formidable en la parte alta de la Ciudad cerca del Cerro que llaman de
la Calera de los Agustinos, y se disipó”.
El cronista considera que el este
fenómeno no se trató de un meteorito o algo parecido, sino de algo que
denomina, como hemos dicho, “globos de fuego”, que se generan por vapores de la
propia tierra.
“Algunos han reputado estos
Globos no sin fundamento por anuncios de temblores. Su generación es debida á
las muchas exhalaciones y vapores inflamables, que elevándose del seno de la
tierra arguyen hallarse esta impregnada de semejantes materiales, los que
puestos en una intestina fermentación pueden incendiarse. En efecto un Globo
igual al descripto precedió al último terremoto de Sevilla. No obstante
recorriendo con atención la historia de las apariciones de los Globos igneos
que ha habido en diversos tiempos, se conoce que sus presagios son tan
equívocos como los del resto de meteoros á quien la antigüedad atribuía las
producciones de pestes y demás calamidades que oprimen al género humano”.
Particularmente, no conocíamos
este tipo de fenómenos, es decir, de bolas de fuego que nacen de la tierra para
elevarse hasta el cielo y que tengan el tipo de trayecto mencionado. Se sabe de
fenómenos como los llamados Fuegos de San Telmo, pero dado que Lima no es una
ciudad de tormentas o truenos, es poco probable, tampoco podría tratarse de los
llamados fuegos fatuos, pues estos no se elevan a tanta distancia del suelo
hasta llegar al cielo; quizá un meteorólogo, pueda sacarnos de dudas, sobre
cuál es el nombre científico actual de este fenómeno descrito en el artículo,
por lo pronto, como se deja constancia, la forma cómo esta extraña luz se eleva
y la manera cómo se desvía de manera veloz y brusca, deja notar que se trató de
un hecho sumamente extraño.
Continuaremos buscando más de
estos avistamientos registrado en la antigüedad de nuestra ciudad y de nuestro
país.
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