CAMBIOS CLIMÁTICOS Y EL FIN DEL MUNDO
CAMBIOS CLIMÁTICOS Y EL FIN DEL MUNDO
Hoy en día, se nos ha hecho común encender el televisor o leer los diarios locales, y enterarnos de terremotos, inundaciones, huracanes, incendios forestales, lluvias torrenciales en cualquier rincón del planeta. Para muchos, esto no es más que el proceso natural de la Tierra, mientras que para otros, esto es una alerta máxima de que nuestro tiempo está pasando por su momento más crítico y congestionado en nuestra relación con la naturaleza. Algunos ven en estos hechos la concreción de aquellas teorías que hablaban de nuevos cambios climatológicos que a la larga variarán de manera drástica el mundo tal y como lo conocemos, para otros, esto no es más que las señales que algunas profecías han indicado sobre el fin de los tiempos.
Las profecías
Y es que son pocas las veces en que los estudiosos de las profecías y los científicos coinciden en algún punto. El hecho en que tanto profetas como científicos coincidan en que el llamado “Fin del mundo”, se producirá no con una guerra sino con un drástico giro en las condiciones vitales de la Tierra, resulta ser por decirlo menos, curioso.
Pero lejos de los apartados científicos que son hartos conocidos en por la gran e importante difusión que están recibiendo por parte de los medios de comunicación, enfocaremos este artículo en las premoniciones, no menos importantes, que hablan de este particular momento en que vivirá la Tierra. Nos centraremos principalmente en dos corrientes proféticas, la de los Mayas y la de Edgar Cayce, el profeta estadounidense considerado como el Nostradamus del Siglo XX.
Los Mayas y Edgar Cayce
En cuanto a las profecías Mayas, ellos consideraban que el fin del mundo llegaría por los terribles cambios naturales por el que el mundo tendría que pasar. Los Mayas veían como el inicio de estos cambios desde 1999 y como el fin de los mismos, el 21 de diciembre del 2012. Para ellos, luego de 1999 el hombre tenía sólo 13 años para cambiar su trato con respecto a la naturaleza, si esto no sucedía, las consecuencias de nuestro desdén produciría nuestra propia extinción.
Los Mayas profetizaron cataclismos climáticos que cambiarán de manera radical nuestra percepción del mundo y de nuestra propia supervivencia. Para ellos, estos años serán de mucha tribulación en donde el hombre luchará por existir en un planeta que le resultara, a partir de estas fechas, totalmente desconocido.
Por su parte, el profeta Edgar Cayce, en sus más de catorce mil predicciones dejadas al momento de su muerte, anunció estas mismas tribulaciones.
Según Cayce, uno de los principales flagelos del mundo serán los eventos sísmicos, los mismos que se dice aumentarán progresivamente con el paso del tiempo. Asimismo, Cayce advierte, que uno de las primeras muestras de que el fin está cerca, será cuando el monte Etna registre una mayor actividad volcánica.
En este sentido, el profeta brinda otros eventos que sorprenden por su exactitud y claridad. Por ejemplo, señala que habrá un gran terremoto en California y que las regiones de Carolina y Georgia padecerán grandes inundaciones. Nos dice también que New York será destruida por completo.
Así también, Cayce dice que Japón se hundirá en el mar y que gran parte de Europa septentrional cambiará completamente formándose mares y bahías en esas regiones. Además profetiza la aparición de nuevos continentes que se elevarán desde el fondo marino producto de los sismos y las erupciones volcánicas.
En resumen la profecía de Cayce indica:
“ (...) El mundo se oscurecerá y se romperá por varias partes...(.. .) Con relación a los cambios físicos de nuevo, La tierra se romperá en la porción oeste de América. La mayor parte de Japón se hundirá en el océano. La parte superior de Europa cambiará en un abrir y cerrar de ojos. Aparecerá tierra en las costas orientales de América. Se producirán levantamientos en el Ártico y en el Antártico que provocarán la erupción de volcanes en las zonas tórridas y el desplazamiento de los polos - de tal forma que donde ha sido frío o semitropical se convertirá en más tropical, y crecerán el musgo y el helecho. (...) y llegará una Era Glacial. Se descubrirán los secretos de la Atlántida (...) y llegará un nuevo líder espiritual…“
Cierto o no y lejos de los creyentes o descreídos de estas profecías lo que está claro es que se debe tomar más conciencia sobre el actual rumbo que está tomando nuestro planeta. Al fin y al cabo, si la Tierra es destruida debemos entender que seremos la humanidad, los únicos responsables de esto.
Las profecías
Y es que son pocas las veces en que los estudiosos de las profecías y los científicos coinciden en algún punto. El hecho en que tanto profetas como científicos coincidan en que el llamado “Fin del mundo”, se producirá no con una guerra sino con un drástico giro en las condiciones vitales de la Tierra, resulta ser por decirlo menos, curioso.
Pero lejos de los apartados científicos que son hartos conocidos en por la gran e importante difusión que están recibiendo por parte de los medios de comunicación, enfocaremos este artículo en las premoniciones, no menos importantes, que hablan de este particular momento en que vivirá la Tierra. Nos centraremos principalmente en dos corrientes proféticas, la de los Mayas y la de Edgar Cayce, el profeta estadounidense considerado como el Nostradamus del Siglo XX.
Los Mayas y Edgar Cayce
En cuanto a las profecías Mayas, ellos consideraban que el fin del mundo llegaría por los terribles cambios naturales por el que el mundo tendría que pasar. Los Mayas veían como el inicio de estos cambios desde 1999 y como el fin de los mismos, el 21 de diciembre del 2012. Para ellos, luego de 1999 el hombre tenía sólo 13 años para cambiar su trato con respecto a la naturaleza, si esto no sucedía, las consecuencias de nuestro desdén produciría nuestra propia extinción.
Los Mayas profetizaron cataclismos climáticos que cambiarán de manera radical nuestra percepción del mundo y de nuestra propia supervivencia. Para ellos, estos años serán de mucha tribulación en donde el hombre luchará por existir en un planeta que le resultara, a partir de estas fechas, totalmente desconocido.
Por su parte, el profeta Edgar Cayce, en sus más de catorce mil predicciones dejadas al momento de su muerte, anunció estas mismas tribulaciones.
Según Cayce, uno de los principales flagelos del mundo serán los eventos sísmicos, los mismos que se dice aumentarán progresivamente con el paso del tiempo. Asimismo, Cayce advierte, que uno de las primeras muestras de que el fin está cerca, será cuando el monte Etna registre una mayor actividad volcánica.
En este sentido, el profeta brinda otros eventos que sorprenden por su exactitud y claridad. Por ejemplo, señala que habrá un gran terremoto en California y que las regiones de Carolina y Georgia padecerán grandes inundaciones. Nos dice también que New York será destruida por completo.
Así también, Cayce dice que Japón se hundirá en el mar y que gran parte de Europa septentrional cambiará completamente formándose mares y bahías en esas regiones. Además profetiza la aparición de nuevos continentes que se elevarán desde el fondo marino producto de los sismos y las erupciones volcánicas.
En resumen la profecía de Cayce indica:
“ (...) El mundo se oscurecerá y se romperá por varias partes...(.. .) Con relación a los cambios físicos de nuevo, La tierra se romperá en la porción oeste de América. La mayor parte de Japón se hundirá en el océano. La parte superior de Europa cambiará en un abrir y cerrar de ojos. Aparecerá tierra en las costas orientales de América. Se producirán levantamientos en el Ártico y en el Antártico que provocarán la erupción de volcanes en las zonas tórridas y el desplazamiento de los polos - de tal forma que donde ha sido frío o semitropical se convertirá en más tropical, y crecerán el musgo y el helecho. (...) y llegará una Era Glacial. Se descubrirán los secretos de la Atlántida (...) y llegará un nuevo líder espiritual…“
Cierto o no y lejos de los creyentes o descreídos de estas profecías lo que está claro es que se debe tomar más conciencia sobre el actual rumbo que está tomando nuestro planeta. Al fin y al cabo, si la Tierra es destruida debemos entender que seremos la humanidad, los únicos responsables de esto.
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