The Dish: ¿La nueva película de Spielberg revelará un OVNI real al mundo?
Por Expediente Oculto
Desde hace décadas, Steven Spielberg ha sido reconocido como uno de los cineastas más influyentes del mundo, especialmente por su habilidad para crear historias que conectan con lo más profundo de la imaginación colectiva. Sin embargo, existe una teoría que propone que su papel ha ido más allá del simple entretenimiento: ¿y si Spielberg ha sido parte de una estrategia a largo plazo para preparar a la humanidad para una eventual divulgación extraterrestre?
La idea parte de una observación simple pero intrigante: muchas de las películas más emblemáticas de Spielberg tienen como eje central la presencia de seres de otros mundos. Desde Encuentros Cercanos del Tercer Tipo hasta E.T. o La Guerra de los Mundos, Spielberg ha moldeado en la cultura popular una narrativa que muestra a los extraterrestres de múltiples formas: como benévolos, como hostiles, como enigmáticos. Pero lo que más llama la atención es la posibilidad de que estas representaciones no sean aleatorias, sino parte de una narrativa cuidadosamente construida.
Esta hipótesis, defendida con pasión por algunos seguidores del fenómeno OVNI, plantea que desde el principio Spielberg habría sido elegido como una especie de mensajero. Se le habría ofrecido la oportunidad de recibir millonarios contratos y acceso privilegiado a ciertos materiales, a cambio de contribuir a la difusión de una imagen determinada de los extraterrestres, preparando así a la población para una futura revelación.
Una revelación en la gran pantalla: la teoría sobre “The Dish”
Según esta teoría, toda esta construcción narrativa tendría su culminación en un evento cinematográfico sin precedentes. En 2025, Spielberg estaría dirigiendo una película titulada The Dish (El Platillo) o Disclosure (Desclasificación), aparentemente centrada en un platillo volador. Pero lo más impactante de esta teoría no es el argumento de la película, sino la idea de que esta producción marcaría la revelación real de la existencia de vida extraterrestre.
Imaginemos este escenario: el público asiste al estreno de la nueva película de Spielberg esperando otra obra de ciencia ficción, y se encuentra con una experiencia completamente distinta. En pantalla aparece un OVNI real, no generado por efectos especiales, sino una nave auténtica. Los propios actores desconocerían que están interactuando con un objeto genuino, creyendo que se trata de utilería o animación digital. De este modo, millones de personas recibirían la divulgación definitiva sin previo aviso, comiendo palomitas en una sala de cine, en lo que sería simultáneamente un evento cultural y un éxito de taquilla sin precedentes.
El valor simbólico de que esta revelación provenga de alguien como Spielberg no pasaría desapercibido. Él no es un director cualquiera; es una figura venerada, confiable, amada por generaciones. No se trata de un cineasta marginal o un provocador, sino de alguien que ha formado parte del imaginario colectivo desde hace décadas. Para muchos, eso le daría una legitimidad incuestionable a cualquier revelación de este tipo.
La normalización cultural de los extraterrestres desde la infancia
Otra línea argumental dentro de esta teoría se centra en cómo las nuevas generaciones ya están completamente familiarizadas con la imagen de los extraterrestres. Un ejemplo que se menciona con frecuencia es el de una niña pequeña que, al ver la imagen de un “gris”, identifica de inmediato que se trata de un alienígena, a pesar de que nunca se le ha mostrado conscientemente esa imagen. ¿Cómo es posible? Según los defensores de esta hipótesis, los extraterrestres ya forman parte de las caricaturas, películas, juguetes y demás productos culturales que consumen los niños.
Esta constante exposición no sería fortuita, sino parte de un proceso de “impacto ontológico” progresivo. Es decir, la humanidad estaría siendo condicionada poco a poco para aceptar lo extraordinario como algo normal, incluso desde la infancia. De este modo, cuando llegue el momento de la verdad, el impacto psicológico sería menor. Nadie se levantaría gritando del cine; muchos simplemente aceptarían que siempre lo supieron, que “tenía sentido”.
¿Una operación multifacética? Música, televisión y manipulación mental
Los más convencidos con esta teoría no se limitan a hablar solo de cine. Creen que se trata de una operación de comunicación multifacética que abarca desde la música hasta los documentales, desde los programas de televisión hasta los cómics. Uno de los ejemplos más mencionados es el programa Skinwalker Ranch, donde constantemente se muestran conexiones con fenómenos que supuestamente se están investigando también en el Congreso estadounidense.
Se menciona incluso un caso relacionado con una figura que habría tenido acceso a archivos clasificados del gobierno. En uno de esos archivos se detallaba un experimento de visión remota en el que una persona, equipada con un casco especial, logró influir en el comportamiento de toda una ciudad. El objetivo era que miles de personas presentaran sus impuestos simultáneamente, lo cual ocurrió con una eficacia sorprendente. Este tipo de relatos apuntan a la posibilidad de que capacidades mentales como la telepatía o la manipulación psíquica hayan sido desarrolladas —y utilizadas— en secreto.
Otro testimonio sugiere que ciertos seres no humanos serían capaces de generar estados emocionales intensos en las personas, como una inundación repentina de endorfinas, provocando sensaciones de paz, entrega o incluso amor. Esto explicaría por qué muchas víctimas de abducciones describen experiencias aparentemente agradables, pese a la gravedad de los hechos. Sin embargo, cuando alguien se resiste a estos efectos, lo que sigue es una sensación de terror absoluto.
Quienes creen en esta teoría consideran que esta es una estrategia para manipular la percepción y facilitar interacciones sin oposición. Según estas versiones, eso mismo ocurriría durante supuestas abducciones nocturnas, en las que las personas no se resisten porque, bajo el influjo químico, sienten que están en presencia de algo divino o positivo. Pero al salir del trance, la memoria se fragmenta o desaparece por completo.
¿Realidad, fantasía o preparación psicológica colectiva?
La teoría sobre Steven Spielberg como una pieza clave en la estrategia de divulgación extraterrestre puede sonar a ciencia ficción. Pero, como muchas teorías de conspiración, encuentra su fuerza en la acumulación de detalles, en los patrones narrativos repetitivos, y en la profunda conexión emocional que muchas personas sienten con estas historias desde la infancia.
No se trata necesariamente de creer o no creer, sino de observar cómo estas ideas se han ido filtrando poco a poco en el inconsciente colectivo. Ya sea a través de E.T., Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, o el próximo proyecto The Dish, la imagen del extraterrestre ha dejado de ser ajena para convertirse en familiar.
Y si algún día, en una sala oscura de cine, una nave auténtica aparece frente al público y se revela la verdad... quizás nadie se sorprenda realmente. Quizás todos simplemente digan: “Siempre lo supe”.
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