EL STRONSAY ¿EL ANTEPASADO DEL MONSTRUO DEL LAGO NESS?




Por Percy Taira

Actualmente, en Escocia, no hay criatura, bestia o monstruo, más popular que el Monstruo del Lago Ness, o Nessie, como le llaman de cariño sus vecinos. Sin embargo, en el siglo XIX, a inicios del 1800, hubo otra criatura, que como el actual monstruo, causó pánico y curiosidad entre la población escocesa: se le llamó el Stronsay.

El Stronsay debe su nombre al lugar en donde nació su leyenda, las Islas Stronsay, que a su vez pertenecen a las Islas Orcadas, al norte de las islas británicas.

Todo se originó cuando un 25 de septiembre de 1808, unos pescadores encontraron al sur este de esta isla los restos de una criatura que parecía ser una gran serpiente, con cuello largo, y tres pares de patas.

Su cuerpo, medía unos 17 metros de largo (esto sin contar con la cola, que al parecer, la tenía cortada); además, tenía 1,2 m. de ancho y una circunferencia de 3.1 m.

Pero eso no era lo único extraño de este animal. Además, los testigos señalaron que tenía tres pares de "patas" o "alas", y que su piel era suave cuando se le acariciaba de la cabeza a la cola y áspera, cuando se le acariciaba de manera contraria.

Sus aletas además, tenían cerdas así como su espalda, que mostraba una melena de cerdas. Todas estas descripciones fueron registradas en documentos que hoy se encuentran en el Museo Nacional de Escocia.

Parte de la descripción de esta bestia, fue la siguiente:

"Su carne fue descrito como siendo como 'gruesa, la carne de vaca de color mal, totalmente cubierto de grasa y sebo y sin la más mínima semejanza o afinidad de los peces'. La piel, que era de color gris y tenía una textura elástica se decía que era de unos cinco centímetros de espesor en algunas partes".


¿Tiburón peregrino?

Si bien la primera impresión que todos los testigos tenían es que se trataba de una serpiente gigante, la opinión científica tenía otro punto de vista. Según los científicos de la Sociedad de Historia Natural (Wernerian Society) de Edimburgo, no pudo identificar los restos y dedujo que se trataba de una nueva especie, probablemente, una serpiente de mar.

Por ello, el científico escocés John Barclay, le dio el nombre científico de Halsydrus pontoppidani (serpiente de mar de Pontoppidan), en honor a Erik Pontoppidan, quien descubrió las serpientes de mar.

No obstante, el naturalista Sir Everard Home en Londrés, señaló que la criatura en cuestión era un tiburón peregrino, no un monstruo o una serpiente gigante. El anatomista llegó a esta conclusión luego de comparar las vértebras del "monstruo" con las del tiburón peregrino. Los resultados fueron idénticos.

Por otro lado, Home explicó que las curiosas tres pares de patas del animal, solo se trataría de los restos de las aletas inferiores del tiburón. Pero hubo un detalle que no encajaba y este era el tamaño del animal. La bestia de Stronsay medía unos 17 metros, sin su cola, y el tiburón peregrino más grande hallado solo llegaba a los 12 m. Además, los testigos mencionaron un cuello largo como de anguila, algo que no puede atribuírsele a la de un tiburón.


¿Un antepasado del Monstruo del Lago Ness?


Lo curioso de este interesante caso de la criptozoología europea, es que no solo se cuenta con las descripciones hechas por los que vieron los restos de esta criatura, sino también, con dibujos que trataban de adivinar su forma. Lo curioso, repito, es que estos dibujos se asemejan mucho a la figura que hoy todos conocemos como el típico retrato del Monstruo del Lago Ness. Lo que ha llevado a muchos a pensar o bien que Nessie es una criatura capaz de vivir 200 años, o que no es la única criatura que vive en los mares y lagos de Gran Bretaña, y que se trataría de una especie aún no descubierta por el hombre.


Actuales investigaciones


Actualmente, varios científicos e investigadores han intentado realizar pruebas de ADN a los restos del Stronsay para determinar a qué especie pertenece. Lamentablemente, los restos importantes como el cráneo y una de las patas del animal, fueron destruidos en Londres, durante la Segunda Guerra Mundial. Lo que sí existen son algunas vértebras y cerdas de la supuesta bestia, que las tienen la Biblioteca Nacional y el Museo Nacional de Escocia, que han mostrado su interés en dejar que investigadores realicen las pruebas necesarias para determinar el origen de esta criatura, sin embargo, aún esta investigación no ha podido llevarse a cabo.

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