HISTORIA DE “PISHTACOS” EN PERÚ PIERDE PISO


El anuncio de la captura de una supuesta banda de “Pishtacos” hecho por el jefe de la Dirincri, el Gral PNP, Eusebio Félix Murga, el pasado 19 de noviembre, tiene cada vez más visos de haber sido no la materialización de una leyenda sino un simple cuentazo policial.

Según una investigación publicada hoy por el diario La República, al parecer, la versión oficial que hablaba de una banda de asesinos que extraían la grasa del cuerpo de sus víctimas para venderlas luego a precios que superaban los 15 mil dólares, dista mucho de la opinión de los propios agentes policiales destacados en la zona.

La nota, escrita por la periodista María Elena Hidalgo, recoge el testimonio de un grupo de oficiales de la División Policial del Alto Huallaga, que no sólo echan por tierra la versión oficial dada por el General Murga sino que deslizan la posibilidad de que todo no fue más que una burda mentira.

“Como policías sabemos que no es cierto”

Según estos oficiales, la posibilidad de que existan “pishtacos” en la zona del Monzón es un hecho poco creíble y el asesinato del agricultor Abel Matos Aranda, la única víctima hallada de las 60 supuestas víctimas de esta banda, sería un caso aislado cuyo móvil aún falta por esclarecer.

Por ello, los policías del Frente Policial del Alto Huallaga revelaron al diario su sorpresa cuando escucharon en la conferencia de prensa de Lima, la existencia de “pishtacos” en su región.

“Escuchar en la conferencia de prensa que en el Monzón operaba una banda organizada de “pishtacos” nos extrañó porque como policías sabemos que no es cierto. Este es un pueblo donde todo se sabe y así los pobladores no hagan la denuncia del asesinato o desaparición de sus familiares, igual nos enteramos”, señaló un agente a La República.

Esta opinión coincidiría con la versión que diera días atrás el jefe del referido frente policial, el general PNP, Luis Valencia Hirano, quien aseguró que en su jurisdicción no había ninguna denuncia de desaparecidos y menos aún de las proporciones mencionadas por el general Murga.

El mito no fue creado en la zona

Por su parte, los agentes de la División Táctica Antidrogas del Alto Huallaga descartaron la posibilidad de que el mito fuera creado por los propios habitantes del Monzón para proteger determinadas zonas dedicadas a la producción de hoja de coca y elaboración de droga, tal y como se venía especulando por algunos medios de prensa. Según el testimonio recogido por el diario, esto sería improbable debido a que los pobladores no necesitarían de los “pishtacos” para influir temor “porque para eso tienen el apoyo de sendero y asesinos a sueldo”.

Debido a estas revelaciones, el propio ministro del Interior, Octavio Salazar, que en un inicio respaldó las investigaciones del general Murga, ha señalado ahora que no se puede aseverar la existencia de este grupo en el valle.

“Realmente yo no quiero decir si existen o no, yo me baso en la investigación que la Policía Nacional me hace conocer”, contestó el ministro.

Si bien aún falta realizar más investigaciones todo parece indicar que la leyenda de los “pishtacos”, no sería más que eso, una leyenda, urdida, aún no se sabe, para esconder qué intereses.

Así dieron la noticia los medios peruanos.


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