¿QUÉ LE DIJO ALI AGCA A JUAN PABLO II?





Por Percy Taira

El 27 de diciembre de 1982 se realizó una de las más misteriosas conversaciones de todos los tiempos. Dos hombres, víctima y victimario, se sentaron uno frente al otro, y tras largos 18 minutos conversaron sobre diversos temas que hasta ahora se mantienen en el más absoluto secreto.

Uno de esos hombres era nada menos que Juan Pablo II, el máximo representante de la Iglesia Católica, y el otro, el turco Ali Agca, un terrorista que intentó asesinarle dos años atrás en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. Era la primera vez que un hecho de estas características se realizaba en la historia del cristianismo.

Los hechos de la reunión

Mucho se ha comentado sobre los eventos que rodearon este singular evento. Lejos de lo que muchos creen, el Papa Juan Pablo II, al parecer nunca tuvo la intención de conversar con su atacante, según se sabe, la intención primera del Papa, fue visitar a las autoridades de la prisión para conocer el trato que iba a recibir el terrorista, y luego, si éstas le permitían, realizar una misa en donde pedía estuviera presente Agca.

No obstante, Ali Agca, al conocer de la presencia del Sumo Pontífice, pidió por intermedio del Cardenal Luigi Poggi, hombre de confianza del Papa, una reunión privada con éste sin precisar el motivo o tenor de la mentada reunión.

El Papa aceptó y tras largos 18 minutos conversó con su atacante en un aire de absoluta confidencialidad y secretismo. Sin embargo, es sabido, que luego del encuentro Juan Pablo II, habría comentado todo el contenido de su conversación con Agca, al cardenal Poggi, quien registró todo ello en un informe que es considerado actualmente como secreto pontificio, es decir, que nadie puede leerlo salvo el Papa.

¿Qué se dijeron en esa conversación?


Es debido a este misterio que muchos han especulado sobre los temas que se trataron en esa reunión. Algunos aseguran que el Papa le pidió a Agca el nombre de sus contratistas o responsables de este intento de asesinato, otros, consideran, que simplemente, el encuentro fue una especie de confesión por parte de Agca por la acción que había cometido, y hay otros tantos, que estiman que le reunión tuvo un tema específico, que era, la exigencia de Agca por conocer el Tercer Secreto de Fátima.

Las informaciones que se tienen al respecto son muy vagas en muchos aspectos, tanto que los investigadores tratan de descubrir pistas por los pequeños comentarios que han brindado sus tres principales protagonistas (Juan Pablo II, Agca y Poggi) luego de este evento.

En principio, el Sumo Pontífice, señaló desde un inicio que la reunión tenía un carácter de confesión, es decir, que no podía revelar al público los temas que en ese encuentro se habían tratado. "Es un secreto que no me pertenece y que debo respetar", señaló el Papa minutos después de su reunión con Agca.

Sin embargo, en un libro escrito por el propio Papa, llamado Memoria e Identidad, recuerda aquel atentado y muestra su convencimiento de que aquél no era una acción de un solo hombre, sino, de todo un complot que buscaba terminar con su vida.
Muchos ven en este convencimiento que quizá Agca, en esa conversación le dijo a Juan Pablo II, no sólo por qué había intentado acabar con su vida, sino, quiénes le pagaron para lograr tal cometido.

La otra suposición sobre el tenor de esta charla, la da el propio Agca quien ha asegurado que él le demandó a Juan Pablo II que develara el verdadero sentido del Tercer Secreto de Fátima, la fecha del fin del mundo y el nombre del próximo Anticristo, que según Agca, el Papa conocía.

Agca dice que Juan Pablo II se negó en todo momento de darle algunas luces sobre el Tercer Secreto de Fátima, no obstante, le aseguró que ello sería revelado a su tiempo, es decir, tras la muerte de Sor Lucía, esto por requerimientos de la religiosa.

La confirmación de que el encuentro sólo había tratado sobre este tema en particular, la dio el Monseñor Stanislaw Dziwisz, secretario personal del Papa en aquel entonces al revelar que a Agca “sólo le interesaba el secreto de Fátima”. Es más, el religioso afirma que es falsa la afirmación de que Agca se habría arrepentido en la reunión que sostuvo con Juan Pablo II.

“El Papa lo había perdonado (a Agca) públicamente ya en su primera alocución después del atentado. Por parte del prisionero nunca le he oído pronunciar las palabras: Pido Perdón”. Comentó.

Al parecer, lo que se trató en esa conversación del 27 de diciembre de 1982 continúa siendo un misterio, misterio que sólo podrá ser revelado cuando algún Papa, decida hacer público aquel informe realizado por Poggi, algo que muchos consideran es totalmente imposible.

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