Los Tall Whites: los enigmáticos visitantes del desierto de Nevada

 




En el silencio del desierto de Nevada, entre las instalaciones secretas de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, comenzó una de las historias más extrañas relacionadas con los encuentros extraterrestres. Todo empezó con un cocinero en la base aérea de Nellis, quien, en medio de la noche, sintió una presencia inexplicable detrás de él. Un ruido, un destello blanco y una voz femenina dentro de su mente fueron suficientes para convencerlo de que algo no humano estaba cerca. No sería el único en vivir algo así.

Décadas más tarde, un soldado llamado Charles Hall, recién destinado a esa misma base en marzo de 1965, descubriría que el desierto guardaba secretos que iban más allá de cualquier entrenamiento militar. Hall, graduado con altas calificaciones en matemáticas y ciencias, fue asignado como observador meteorológico en un área cercana a la famosa Área 51. Su tarea era sencilla: registrar datos del clima en distintas estaciones del campo de tiro. Sin embargo, esa aparente rutina lo llevaría a enfrentarse con lo desconocido.



La aparición de los Tall Whites

Entre los soldados corría la leyenda de “Range 4 Harry”, una figura luminosa que muchos describían como un caballo que había sobrevivido a una prueba nuclear. Con el tiempo, Charles Hall descubriría que detrás de esa historia se ocultaba algo más. Durante una jornada especialmente calurosa, mientras trabajaba en una de las estaciones del desierto, observó algo pequeño y blanco moverse entre los arbustos. Al acercarse, descubrió que no era un animal sino una niña de piel pálida, cabello blanco y ojos intensamente azules, vestida con un traje plateado.

Antes de que pudiera acercarse, una figura mucho más alta y con los mismos rasgos apareció. Hall corrió hacia el refugio y se encerró, convencido de que lo que había visto no era humano. Más tarde, mientras intentaba regresar a la base, una mujer alta, resplandeciente y de cabellos plateados apareció junto al camino. Sin pronunciar palabra, le transmitió telepáticamente un mensaje de agradecimiento por haber ayudado a su hija. En ese instante, el miedo de Charles se transformó en calma. Aquella fue la primera vez que tuvo contacto con los seres que más tarde serían conocidos como los Tall Whites.



La colaboración secreta

Con el paso de los meses, Hall entabló una relación con estos enigmáticos visitantes. Descubrió que eran altos, de piel tan blanca como el papel, extremadamente delgados y con una apariencia frágil. Provenían de un planeta más grande y cálido que la Tierra, donde habitaban principalmente bajo tierra. Según su testimonio, los Tall Whites mantenían acuerdos con el gobierno estadounidense desde la década de 1950, permitiéndoles establecer bases secretas en el desierto a cambio de compartir parte de su tecnología.

El intercambio habría sido clave en el desarrollo de materiales como el titanio y en avances como los transistores, los microchips y los sistemas de vuelo de alta velocidad. Hall aseguró haber visto naves de exploración construidas con la colaboración de contratistas como Lockheed y Boeing, semejantes a los objetos blancos en forma de “Tic Tac” que décadas después serían captados por pilotos de la Marina.

A cambio, los Tall Whites obtendrían acceso a recursos naturales de la Tierra y continuarían sus investigaciones sobre la especie humana. Hall afirmó que su papel en la base nunca fue simplemente el de un observador del clima, sino que él mismo era el objeto de observación. Los extraterrestres, especialmente una figura a la que llamaba “la maestra”, estudiaban sus emociones y comportamiento humano con especial interés.



Evidencias y teorías

Los relatos de Charles Hall fueron publicados años más tarde en una serie de libros titulada Millennial Hospitality. Aunque al principio fueron presentados como ficción, las coincidencias con ubicaciones reales y los testimonios de otros supuestos testigos despertaron la curiosidad de investigadores. Algunos hallaron imágenes aéreas que mostraban estructuras ocultas en el área de Indian Springs, donde Hall afirmaba haber visto las bases de los Tall Whites.

Incluso se descubrieron documentos que hablaban de un misterioso proyecto militar en 1951, con un presupuesto de cientos de millones de dólares sin justificar, lo que alimentó aún más las teorías de que se trataba de la construcción de instalaciones subterráneas. Sin embargo, hasta hoy no existen pruebas concluyentes que confirmen la historia.

Charles Hall siempre sostuvo que los Tall Whites eran una raza avanzada, longeva y emocionalmente compleja, capaz de comunicarse telepáticamente y proyectar sentimientos sobre los humanos. A pesar de su poder, aseguraba que eran seres pacíficos, aunque cautelosos con la humanidad por considerarla impulsiva y violenta. Hall relató que ellos creían que los humanos algún día desarrollarían habilidades psíquicas como la telepatía y la visión remota, motivo por el cual observaban de cerca nuestra evolución.


La pregunta sigue en pie: ¿fue Charles Hall testigo de un encuentro auténtico con seres de otro mundo? ¿Son reales los llamados Tall Whites?


Comentarios

Entradas populares