OVNIs y militares: los casos de Jeffrey Nuccetelli y Alexandro Wiggins con UAPs en California

 


Durante años los reportes de objetos voladores no identificados han generado controversia, dudas y debates en la opinión pública. Sin embargo, lo que resulta aún más llamativo es cuando los testigos de estos fenómenos no son ciudadanos comunes, sino personal militar altamente entrenado y con acceso a equipos tecnológicos avanzados. Dos casos ocurridos en California con veinte años de diferencia ilustran esta situación. Se trata de los testimonios de Jeffrey Nuccetelli y Alexandro Wiggins, quienes desde sus funciones dentro de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos aseguran haber presenciado encuentros con objetos aéreos que no se asemejan a ninguna aeronave conocida.

Estos sucesos han quedado registrados en documentos y declaraciones oficiales, lo que los convierte en testimonios de gran interés dentro del debate sobre la existencia de fenómenos aéreos no identificados. A continuación se presentan los detalles de ambos casos que siguen despertando inquietud.



El avistamiento de Jeffrey Nuccetelli en la Base Vandenberg

El 14 de octubre de 2003, Jeffrey Nuccetelli, quien se desempeñaba como oficial de seguridad en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, se encontraba en turno en el Complejo de Lanzamiento 4 de la Base Aérea Vandenberg en California. Durante esa jornada observó un objeto de características muy inusuales. Según su relato, se trataba de una estructura cuadrada de un color rojo brillante que tenía aproximadamente el tamaño de un campo de fútbol. El objeto se desplazaba de forma errática y sin emitir sonido alguno.

El hecho llamó la atención de otros oficiales de patrullaje que comenzaron a reportar su presencia a través de las radios. La situación se tornó caótica cuando se informó que el objeto se acercaba con rapidez hacia los puntos de control. Nuccetelli describió un ambiente cargado de nerviosismo y pánico en el que las comunicaciones resultaban confusas por los gritos y la desorganización.

Al llegar al lugar del incidente, Nuccetelli encontró a varios testigos que confirmaron haber visto el mismo fenómeno. Entre ellos se encontraban contratistas de la empresa Boeing con acceso a autorizaciones de seguridad de alto nivel. Estas personas afirmaron haber observado el mismo objeto, lo que reforzó la credibilidad del evento.

Posteriormente, Nuccetelli entrevistó a seis de los testigos presenciales. Todos coincidieron en señalar que el objeto tenía forma cuadrada, color rojo brillante y que se había aproximado con gran velocidad hasta detenerse frente al punto de control de entrada. Allí permaneció durante unos instantes para luego dispararse hacia el cielo en una maniobra imposible de comparar con la tecnología conocida en aquel momento.

El suceso fue incluido en el registro policial de la base y quedó respaldado por declaraciones juradas de los testigos involucrados. En entrevistas posteriores, Nuccetelli subrayó la importancia del caso, destacando que los observadores eran profesionales entrenados en su labor y que el objeto no guardaba semejanza con ningún avión o dron conocido por las Fuerzas Armadas.

Este avistamiento en Vandenberg ha sido catalogado como uno de los encuentros más sólidos de la era moderna debido a la calidad de los testigos y a la documentación oficial que respalda los hechos.



El testimonio de Alexandro Wiggins en el USS Jackson

Casi veinte años después del evento de Vandenberg, otro testigo militar en California relató una experiencia igualmente intrigante. Se trata de Alexandro Wiggins, veterano de la Marina de los Estados Unidos con más de 23 años de servicio. En febrero de 2023, mientras cumplía funciones a bordo del USS Jackson, un buque de combate litoral clase Independence, Wiggins presenció un avistamiento que también quedó grabado en video por la tripulación.

Según su relato, durante una operación rutinaria frente a la costa sur de California observó cuatro objetos con forma de tic tac que emergieron del océano y ascendieron en formación sincronizada. Estos objetos no mostraban ningún tipo de sistema de propulsión visible y no dejaron rastros al elevarse en el aire. La maniobra se registró en video y ha sido comparada con el famoso avistamiento del 2004 conocido como el incidente del Tic Tac.

Wiggins trabajaba como especialista en operaciones y radar. Durante el evento detectó anomalías en los retornos del radar mientras se encontraba en el Centro de Información de Combate del buque. Al verificar de manera visual desde la cubierta superior, pudo constatar la presencia de luces brillantes que emergían del agua sin las características habituales de una aeronave o una embarcación conocida.

El testigo también empleó sensores térmicos para analizar los objetos y descubrió que no emitían ningún tipo de firma de calor. Este detalle añadió un elemento aún más desconcertante, ya que sugería un método de propulsión desconocido para la tecnología actual.

A pesar de la magnitud del hecho, el USS Jackson no presentó un informe oficial del incidente. Según explicó Wiggins, la decisión se tomó porque los objetos se mantuvieron a una distancia prudente y no mostraron signos de comportamiento agresivo.

Este caso se suma a los múltiples reportes de fenómenos aéreos no identificados en contextos militares que plantean preguntas sobre la naturaleza de estos objetos y la capacidad de las instituciones para registrar de manera formal lo que ocurre en sus operaciones.


Coincidencias entre ambos testimonios

Aunque los eventos descritos por Nuccetelli en 2003 y por Wiggins en 2023 se produjeron en contextos diferentes, existen puntos en común que los convierten en relatos de gran interés. En ambos casos los testigos son militares con amplia experiencia y entrenamiento especializado, lo que otorga solidez a sus observaciones. Además, las descripciones incluyen características que no corresponden con aeronaves convencionales como movimientos erráticos, ausencia de propulsión visible y maniobras imposibles de replicar con la tecnología conocida.

El detalle de que ambos incidentes ocurrieran en California también llama la atención, aunque no existe una explicación clara de por qué esta región ha sido escenario de múltiples avistamientos a lo largo de los años. Tanto en tierra como en mar, los objetos reportados se desplazaron de manera inusual y generaron sorpresa en quienes los presenciaron.

En el caso de Vandenberg, el evento fue respaldado por documentos oficiales y declaraciones juradas, mientras que en el USS Jackson se decidió no presentar un informe formal debido a la ausencia de una amenaza directa. Sin embargo, la evidencia visual registrada en video y los datos obtenidos por radar y sensores térmicos hacen que ambos sucesos permanezcan como testimonios de gran relevancia en la investigación de fenómenos aéreos no identificados.



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