Abducción en pleno Manhattan: el polémico caso de Linda Napolitano
Por Expediente Oculto
En la vasta historia de los supuestos encuentros cercanos con seres de otros mundos, hay relatos que desaparecen rápidamente y otros que se mantienen vivos durante décadas. Entre estos últimos destaca un caso que ha generado intensos debates y que, hasta hoy, provoca opiniones encontradas entre creyentes y escépticos. Ocurrió en plena ciudad de Nueva York, en un escenario tan cotidiano como el hogar de una familia, pero con un desarrollo que parece sacado de una película de ciencia ficción. Se trata de la experiencia de Linda Napolitano, un suceso que, para muchos, sigue siendo uno de los episodios más impactantes de la historia de las abducciones alienígenas.
La noche del incidente
El 30 de noviembre de 1989 comenzó de manera rutinaria. Linda Napolitano junto a su esposo Steve y sus dos hijos dormía en su apartamento del piso 12 ubicado en el distrito de Manhattan, cuando alrededor de las 3 de la madrugada, Linda despertó y encontró a tres seres pequeños, de piel gris y ojos negros, en su habitación. Incapaz de moverse, sintió cómo se comunicaban con ella mentalmente, pidiéndole que guardara silencio. Un haz de luz azul la rodeó y la elevó, atravesando la ventana cerrada y llevándola a través del cielo nocturno en dirección a una nave rojiza que flotaba cerca del Puente de Brooklyn.
En el interior de la nave, Linda vio una sala metálica iluminada intensamente, donde se le practicaron diversos procedimientos físicos. Luego de casi una hora, fue devuelta a su cama de la misma manera en que fue llevada, sin que su esposo despertara en ningún momento.
Pocos días después, Linda compartió la experiencia con el investigador Bud Hopkins, quien inició sesiones de hipnosis para obtener más detalles. Pero lo que elevó este caso a la fama no fue solo su testimonio, sino la aparición de supuestos testigos.
Testigos y controversias
En 1991, Hopkins recibió una carta de dos hombres identificados como Richard y Dan, quienes afirmaban ser agentes de seguridad que esa noche custodiaban a una figura política de alto nivel. Según su relato, vieron a una mujer con bata de dormir flotando desde un piso 12 hacia una nave junto al Puente de Brooklyn. Coincidían en cada detalle con la historia de Linda y aseguraban que incluso el funcionario que protegían lo presenció, aunque nunca revelaron su identidad. Hopkins llegó a sugerir que podría tratarse del entonces secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, algo que él mismo negó categóricamente.
El investigador afirmó haber reunido hasta 23 testigos que afirmaban haber visto la escena desde distintos puntos, aunque nunca reveló sus nombres para proteger su privacidad. Esto alimentó tanto el interés mediático como las dudas de los escépticos. Ninguno de esos testigos pudo ser verificado y las cartas de Richard y Dan nunca fueron respaldadas por pruebas adicionales.
Con el paso de los años, el caso no estuvo exento de polémica interna. La entonces esposa de Hopkins, comenzó creyendo en el testimonio de Linda, pero terminó dudando de su veracidad. Observó actitudes que, según ella, parecían más una actuación que recuerdos genuinos bajo hipnosis. También señaló inconsistencias como la ubicación del edificio frente a una zona de carga nocturna del periódico New York Post, donde nadie reportó haber visto algo extraño esa noche. La mujer investigó por su cuenta y llegó a pensar que las cartas de los testigos clave podrían haber sido inventadas.
A pesar de las críticas, Linda mantuvo su versión. Incluso participó en programas de televisión y medios de prensa. La discusión sobre su historia se reavivó en 2024 con un documental de la plataforma Netflix que presentó las posturas de ambas partes. Linda consideró que la producción la mostraba como una persona poco creíble y demandó a la plataforma.
La polémica continúa
Más de tres décadas después, el caso sigue sin pruebas concluyentes y la historia de Linda Napolitano continúa siendo uno de los relatos más debatidos dentro de la ufología estadounidense. Para algunos, es una muestra clara de que seres de otros mundos podrían estar interactuando con la humanidad, incluso en ciudades densamente pobladas. Para otros, es solo una historia extraordinaria pero sin las pruebas suficientes para corroborar la historia.
Sea cual sea la verdad, el caso refleja la fascinación humana por la posibilidad de no estar solos en el universo. En un tiempo donde la ciencia explora nuevos mundos y busca señales de vida más allá de la Tierra, relatos como el de Linda mantienen vivo el misterio y el debate sobre lo que realmente podría estar ocurriendo sobre nuestras cabezas.
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