LA TRAGEDIA DEL FOKKER F-27: ENTRE LA HISTORIA, LA CONSPIRACIÓN Y LA LEYENDA
La última foto en Pucallpa. De izq. a der. Arriba: Sussoni, Peña, Chamochumbi, Reyes y Farfán (atrás, tapado: Caíco Gonzales). Abajo: Tomassini, Escobar, Casanova, Cavero y Bustamente.
Por Percy Taira
Fue un martes 8 de diciembre
de 1987, cuando el fútbol peruano, y en especial, la familia del club Alianza
Lima, uno de los equipos de fútbol más popular del Perú, sufrió la más terrible
tragedia de su historia: el accidente aéreo en el que perecieron 43 personas,
entre ellas, todos los jugadores de aquel plantel. Accidente que luego sería
recordado simplemente como “La tragedia del Fokker F-27”.
En este post de Expediente
Oculto, contaremos los detalles de aquel hecho. Contaremos la historia oficial
de los acontecimientos pero también daremos espacio para contar aquellas otras
versiones, más bien ligadas a la teoría de la conspiración y a las distintas
leyendas urbanas que giran en torno de este trágico hecho.
La historia de la tragedia
Aquel día martes 8 de
diciembre el equipo de Alianza Lima viajó a la ciudad de Pucallpa, ubicado en
la región de Ucayali, en la selva de nuestro país, para jugar con el Deportivo
Pucallpa en una fecha más del entonces Torneo Descentralizado. El equipo tenía
una fecha sumamente complicada, el domingo último, los blanquiazules habían
jugado un partido muy reñido con el San Agustín, en Lima. Así que la idea del
entonces entrenador del equipo, Marcos Calderón, era que el equipo debía ir a
Pucallpa y regresar el mismo día martes a Lima para poder dar a sus jugadores
más días de descanso.
Para ello se alquiló, a un precio de 60 mil Intis, un
avión Fokker F-27 (matrícula AE-560) de la Fuerza Aeronaval de la Marina de
Guerra del Perú. El mismo avión que semanas antes había utilizado su clásico
rival Universitario de Deportes, para realizar un viaje de Lima a Trujillo. El
capitán encargado de pilotar la aeronave era el Teniente Primero Edilberto
Villar Medina, quien luego se convertiría en el único sobreviviente de la
tragedia.
Gol de Bustamente con el que Alianza Lima ganó a Deportivo Pucallpa. Los jugadores de Alianza Lima, ni siquiera celebraron el gol.
El equipo de Alianza Lima
llegó con varias horas de retraso a Pucallpa. Varios de los jugadores
comenzaron a quejarse del vuelo. “Caíco” Gonzales Ganoza por ejemplo, señaló
que nunca más viajaría en ese avión. Por otro lado, el propio entrenador Marcos
Calderón, mostró su molestia por la tardanza del vuelo y porque debido a ello
los jugadores tendrían que comer solo media hora antes del partido. Quizá por el
retraso del vuelo y las cuestiones logísticas, que muchos de los jugadores
blanquiazules no tuvieron un buen nivel en el partido. Según los testigos de la
época, el equipo de Alianza Lima jugó aquel partido en el Estadio Oficial de
Pucallpa, sin entusiasmo, sin esa
picardía que caracterizaba el juego de los aliancistas. Sin embargo, a pesar
del desgano mostrado, el equipo blanquiazul pudo ganar ese partido por un gol a
cero. El gol de la victoria lo hizo Pacho Bustamante, y fue marcado, en el
minuto treinta y tres del primer tiempo.
Una vez terminado el partido
los jugadores deseaban volver de inmediato a Lima. El partido terminó a las
cuatro de la tarde y ya para las seis y media, el equipo se encontraba en el
avión Fokker, rumbo a la capital. Estaban a dos horas de vivir la tragedia más
grande del fútbol peruano.
El momento fatídico
Restos rescatados del avión Fokker F-27
A las 8 de la noche, el avión
se acercó al puerto aéreo del aeropuerto Jorge Chávez. El piloto Edilberto
Villar, solicitó entonces a la torre de control de Córpac instrucciones para el
aterrizaje, sin embargo, una falla en el tablero de instrumentos, que le
indicaba que el tren de aterrizaje de la nariz del avión no funcionaba, lo
obligó a pedir ayuda visual desde tierra. Fue entonces que la torre de Córpac
comunicó la emergencia a Rescate Aéreo, cuyo personal se movilizó a la pista en
el momento en que la nave pasaba en vuelo rasante, comprobando de esta manera,
a simple vista, que el tren de aterrizaje de la nariz había bajado y que no
había ningún problema. La torre le comunicó al piloto Villar este hecho, y el
teniente decidió continuar con el vuelo rumbo hacia el mar de Ventanilla para
girar e iniciar nuevamente el procedimiento para aterrizar.
Sin embargo, en los controles,
continuaba marcando el problema del tren del aterrizaje, fue entonces cuando en
pleno vuelo, Villar le dio el mando al copiloto
Fernando Morales mientras que él
revisaba el manual de procedimiento para ese tipo de casos. El problema fue que
Villar entendía muy poco del inglés técnico del manual, y fue entonces cuando
la maniobra se complicó. El supuesto problema con el tren del aterrizaje, más
el temor de algunos de los pasajeros que notaron que algo malo pasaba, fue
distractor suficiente para el piloto y el copiloto que ambos no se dieron
cuenta que el avión perdían altitud.
Cuando el teniente Villar se
dio cuenta de que el avión estaba muy cerca del mar, ya era tarde y no pudo
evitar el choque del avión contra el mar. A las 8:05 de la noche, la estación
de radar de Rescate Aéreo, perdió contacto con el Fokker. Lo mismo sucedió con
la torre de control de Córpac, que no obtuvo respuesta a las llamadas que le
realizó. Todo hacía presumir que a las 8:14 de la noche de ese martes, la
aeronave Fokker F-27, había tenido un accidente.
Según informe interno de la Marina, así se habría partido el avión Fokker F-27 luego de estrellarse en el mar.
Cuarenta y cinco minutos
después, se iniciaron las labores de rescate, suponiendo que el avión había caído
al mar. Ya el miércoles 9 a las 5 de la mañana, se pudo visualizar los restos de
la aeronave. Estos se encontraban a seis millas al noroeste del aeropuerto
Jorge Chávez, tres millas mar adentro del balneario de Santa Rosa. En ese vuelo
fallecieron 43 personas, entre ellos dieciséis jugadores, tres árbitros, ocho hinchas, cuatro
dirigentes, cinco integrantes del equipo técnico y siete tripulantes. El único
sobreviviente del accidente fue el piloto Villar, quien fue encontrado aferrado
a un asiento flotante.
Sobre el accidente en sí, la
versión oficial señala que el accidente se produjo por una serie de eventos
desafortunados. En principio las fallas técnicas del avión en la que falló el
tablero de control (que indicaba el mal funcionamiento del tren de aterrizaje) y
el motor de la aeronave; el clima, por la espesa neblina que había en esos
momentos; y por último, la falta de experiencia tanto del piloto como del
copiloto, que no tenían la suficiente experiencia en vuelos, y ninguna, en
vuelos nocturnos, además de que no pudieron responder ni resolver los problemas
que se le presentaron al momento del aterrizaje.
Las teorías de la conspiración
Debido al secretismo de la
Marina de Guerra del Perú (dueña de la aeronave) en el momento de la búsqueda
de los cuerpos y el rescate de los restos del Fokker F-27 (es más, fue
sumamente sospechoso que la Marina no quisiera contar con la ayuda de los
familiares para la búsqueda de los cuerpos); la poca claridad y escasas
explicaciones sobre el accidente (nuevamente la Marina prohibió, incluso a los
familiares de las víctimas, ingresar al mar usando cualquier medio, incluso con
embarcaciones privadas); y al silencio del piloto Villar, único sobreviviente
de la tragedia, (que según relatan algunos familiares de los jugadores
víctimas, no quiso reunirse con ellos), mucho han especulado sobre lo que en
verdad ocurrió esa noche del martes 8 de diciembre en el cielo de Ventanilla.
Relación con el narcotráfico y los cuerpos baleados
De todas las historias
alternativas que hay sobre este hecho, hay una que resalta sobre todas, aquella
que relaciona al avión del Fokker F2-7 con el narcotráfico.
En el ensayo “Fantasías
políticas y sociales en el fútbol peruano: la tragedia de Alianza Lima en 1987”
de los investigadores Aldo Panfichi y Víctor Vich, se recoge las versiones de esta
teoría de la conspiración, respaldada principalmente por los deudos de los
jugadores e hinchas de la época.
Esta historia señala que el
avión Fokker F-27 traía droga, específicamente, cocaína en la bodega de la
aeronave. Se dice que, en pleno vuelo, los jugadores del Alianza Lima se dieron
cuenta de esto y habrían amenazado a los oficiales con denunciarlos
públicamente. Tal fue el escándalo que iniciaron los jugadores que los
militares decidieron ejecutar a los jugadores aliancistas fusilándolos sin
compasión. Ello ocasionó el accidente antes de aterrizar.
Ofelia Bravo, viuda del jugador
Tomas “Pechito” Farfán, testimonió para el trabajo de Panfichi y Vich, lo
siguiente:
“Yo lo tengo claro: el avión
traía droga y los marinos se bajaron el avión. Tengo indicios. La libreta
electoral de mi esposo estaba casi intacta, solo con un poco de agua. ¿Tú crees
que con el agua salada del mar, esa libreta se va a quedar así? No, con tantos
días en el mar, esa libreta tendría que estar destruida. Seguro los marinos le
pusieron un poco de agua para pasar desapercibidos. Estoy segura que a los muchachos
los secuestraron con la intención de desaparecerlos, y así lo hicieron”.
El periodista deportivo Tito
Navarro, señala:
“Unas personas de la Marina
nos contaron que era la tercera vez que ese avión venía de Pucallpa y que en
las dos anteriores vino con coca. Cuando los periodistas fuimos a averiguar al
día siguiente nos metieron bala. ¿Dónde está el piloto?, ¿por qué no declaró?
En ese entonces no se podía decir nada, todo el mundo tenía miedo de hablar”.
Además del vínculo con el
narcotráfico, y ligado con esta sospecha, algunos familiares de las víctimas
sostienen que muchos de los cuerpos de los jugadores y de la delegación que los
acompañaban, mostraban heridas de balas en los cuerpos. Uno de ellos es Luis Espejo, médico oficial
de la Policía en ese entonces, y que reconoció el cuerpo del entrenador del
equipo Marcos Calderón. Según Armando Levau, historiador y experto en los temas
relacionados con la historia blanquiazul, Espejo le habría confesado que el
cuerpo del entrenador aliancista presentaba ocho balazos de FAL en el cuerpo.
También se dice que se
encontró un orificio de bala en la nuca en el cuerpo del doctor Orestes
Rodríguez, que formaba parte del equipo médico; y que igual suerte corrió el
portero blanquiazul “Caíco” Gonzales.
El misterio sobre el piloto Edilberto Villar
Piloto del fatídico vuelo Teniente Edilberto Villar
Otra de las historias que
circulan en torno a la tragedia del Fokker F-27, es la figura del piloto, el Teniente
Primero Edilberto Villar Medina, que si bien fue el único sobreviviente de esta
tragedia, es tal vez, por esta condición, que se volvió punto de diversas especulaciones
y leyendas urbanas. Una de las más populares es que Villar no fue el piloto que
manejó el avión en el momento de la tragedia, sino, que fue un piloto
inexperto.
Esta historia cuenta que la
noche del 8 de diciembre en Pucallpa, es decir, horas después de que acabara el
partido, un miembro del equipo técnico de Deportivo Pucallpa, al parecer se
habría encontrado en una reunión a Edilberto Villar, es decir, al parecer, el
piloto no habría viajado junto con el plantel. Se dice que la Marina, al
enterarse de la caída del avión, fue a Pucallpa a traer a Villar y lo metió al
mar junto con los restos del avión, por eso que sólo él sobrevivió y por eso la
Marina habría demorado tanto en iniciar las tareas de rescate.
Otra de las historias que
involucran al piloto es que al parecer uno de los jugadores (quizá Caíco
Gonzales, quien ya había mostrado su malestar por el vuelo) se puso
nervioso en ese momento por los
problemas técnicos que presentaba la nave. Entonces, el piloto, para evitar que
éste contagiara el pánico a sus compañeros, dejó la cabina para tranquilizarlos
y fue por eso que la nave perdió el control y se precipitó en el mar. Otra
historia cuenta que el avión iba a estrellarse en una zona poblada del
aeropuerto, y los jugadores, en un acto de valentía y heroísmo, decidieron
inmolarse y obligaron al piloto a llevar al avión al mar.
Evidentemente, estas historias
tienen más de leyenda urbana que de verdad, y todas estas son rechazadas por
los especialistas e historiadores que han investigado seriamente el caso. Sin
embargo, dentro de estas historias extrañas es quizá la historia de la
aparición de uno de los jugadores de ese equipo Alfredo Tomassini, es la más
intrigante de todas.
Tomassini ¿el otro sobreviviente?
La leyenda dice que el goleador aliancista Alfredo Tomassini, continúa con vida
Si bien fueron pocas las
declaraciones que dio el piloto Villar después del accidente, lo que dijo o lo
que se ha dado a conocer de su testimonio, fue suficiente para dar origen a una
leyenda urbana. Según el testimonio de este piloto, el jugador Alfredo Tomassini
(delantero del equipo de 22 años de edad) sobrevivió al accidente, es más,
asegura que estuvo flotando con él durante algunas horas, aferrado a una de las
alas del avión y luego a un bidón de agua.
Sin embargo, al final,
seguramente por algunas fracturas en su pierna y luego de perder las fuerzas,
se ahogó, pocos minutos antes de que llegara el helicóptero de rescate. Curiosamente,
el cuerpo de Tomassini nunca se encontró y eso alimentó las teorías de que
quizá el jugador había logrado salir con vida del mar.
Desde esa fecha, muchos fueron
los que llamaron a la familia Tomassini para asegurar que habían visto al
jugador en tal o aquel lugar. Algunos indicaron que el jugador se encontraba
con vida en una clínica de Huacho, luego de que su cuerpo apareciera varado en
una playa de esa ciudad, sin embargo, la familia nunca encontró la clínica
señalada y por supuesto, no encontraron rastros del futbolista.
También han dicho que estaba
en Los Ángeles y que había sido secuestrado por unos narcotraficantes. Otros en
Murcia, España, adonde supuestamente lo envió la Marina otorgándole una nueva
identidad y haciéndole prometer que jamás revelaría lo que sabía de la
tragedia. Otros aseguran haberlo visto en Japón, y otros que simplemente, que
Tomassini está vivo en algún lugar del mundo, pero que perdió la memoria luego
del accidente.
Sea como fuere, si estuviera
con vida, Tomassini tendría ahora 49 años de edad.
Sobre estas leyendas urbanas
Para los investigadores Aldo
Panfichi y Víctor Vich, estas historias tal vez tengan su origen al contexto
histórico político y social de violencia que se vivía en el país. En la década
de los ochentas, el avance de grupos terroristas como Sendero Luminoso y el
MRTA, comenzaban a expandir su violencia por las ciudades más importantes del
país, incluso Lima, y las noticias de desapariciones, asesinatos, ejecuciones
extrajudiciales, entre otros, habrían calado hondo en el imaginario popular y
era probable que sean también la fuente para crear las historias alternativas
del Fokker F-27.
“La supuesta complicidad de
las Fuerzas Armadas con el narcotráfico y las ejecuciones extrajudiciales son
dos imágenes que aparecen obsesivamente en los distintos relatos y que, en
nuestra opinión, señalan la aterradora (casi terrorífica) percepción que el
mundo popular ya tenía del funcionamiento del Estado peruano en aquellos
momentos”, dicen los especialistas.
Sea como fuere, y siendo
Alianza Lima uno de los clubes más populares e importantes del Perú, es
evidente que historias como la tragedia del Fokker F-27, continuará generando
leyendas y mitos en el imaginario popular de hinchas y aficionados de nuestro
fútbol. Lo cierto es que ese día fatídico, ese martes terrible, falleció toda
una generación de valiosos futbolistas, y algunas de las promesas más
importantes de nuestro fútbol de ese entonces. Aquellos jugadores: José “Caíco”
Gonzales Ganoza, César Sussoni, William León, Tomás Farfán, Gino Peña, José Cassanova,
Carlos Bustamante, Aldo Chamochumbi, Milton Cavero, Alfredo Tomassini, Luis Escobar,
y todos los miembros de ese equipo, junto a su comando técnico, seguirán
viviendo en los corazones de sus hinchas y de toda la familia blanquiazul.
Fuentes:
“Libro de oro de Alianza Lima, 100 aniversario”.
“Fantasías políticas y sociales en el fútbol peruano: la tragedia del Alianza Lima en 1987”, Aldo Panfichi y Víctor Vich.
“La caída del Fokker de Alianza Lima”, La Ventana Indiscreta.
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