LIBROS DEL MISTERIO: EL MESIAS Y EL PRECURSOR (I-PARTE)

Por Sergio Tenguán

En el artículo anterior señalábamos algunas de las pistas que dejó Leonardo Da Vinci en su obra, para intentar decirnos algo sobre Juan el Bautista. LOS MISTERIOS DEL ARTE Lamentablemente, los evangelios no nos cuentan mucho con respecto al Bautista y además, cuando lo nombran, da la impresión de que lo hacen porque es absolutamente necesario, ya sea porque son pasajes que en la época no se podían omitir por ser de conocimiento público o, en todo caso, porque fue una manera de los discípulos de Jesús de no enfrentarse a los discípulos de Juan. Demás esta decir también, que en los evangelios siempre destaca Jesús por encima de Juan en todo aspecto.

Desde hace ya un tiempo, se viene manejando las teorías de que muchas sociedades heréticas veneraban por alguna razón al Bautista, algunos bajo el manto de que este es un Santo de la Iglesia Católica y otros más desvergonzada y abiertamente rindiéndole cultos y homenajes hasta por encima del mismo Jesús.

El pasaje más conocido sobre Juan, es de cuando este bautiza a Jesús en el Jordán y de esta manera da inicio al ministerio del Mesías. Según los evangelios, Juan admite ser solo el precursor de Jesús y que él era el Mesías tan esperado. Cumplido esto, Juan desaparece casi por completo, salvo algunos pasajes posteriores que dan a entender que siguió bautizando.

Más adelante, nos cuentan los evangelios que Juan es encarcelado porque condeno el reciente matrimonio del rey Herodes con Herodías, ya que estos se divorciaron de sus respectivas parejas para contraer matrimonio.

Luego de esto, Salome, hija de Herodías, bailo para su padrastro y él quedo tan encantado que prometió darle lo que ella quisiera, y Salome, inducida por su madre, pidió la cabeza del Bautista en una bandeja.

Para suerte de unos y maldición de otros, hay otra fuente de información sobre Juan. Se llama Antigüedades Judías de Josefo, el autor, fue uno de los principales cronistas de la época y si bien tampoco dice mucho del Bautista, lo que nos cuenta, no tiene nada que ver con los evangelistas.

Josefo dice que Juan predicaba y bautizaba, con esto, alcanzo enorme popularidad entre la gente. Al parecer esto fue lo que alarmo a Herodes y por eso mando prender lo y ejecutarlo.

Hay que mencionar que cualquiera que tuviera un sequito cuantioso de seguidores, se convertía automáticamente en un peligro político para los altos dignatarios.

El cronista no da detalles del encarcelamiento, ni de la ejecución. Tampoco dice nada sobre las criticas que hizo el Bautista al matrimonio de Herodías, lo que si menciona, es el gran seguimiento popular de Juan y agrega que poco después, cuando Herodes sufrió una derrota militar, la gente lo interpreto como castigo por la ejecución de Juan.

Entonces, ¿Quien cuenta la verdad?, ¿los canónicos?, ¿el cronista? o en todo caso ¿se complementan?

Lynn Picknett y Clive Prince, basándose en sus investigaciones, proponen teorías muy interesantes y atrevidas con respecto a la relación que había entre Jesús y su primo carnal Juan.

Para ellos, tanto lo que cuentan los evangelistas como lo que cuenta Josefo, podrían complementarse. Herodes estuvo casado con una princesa árabe y la ruptura dio como resultado una guerra entre los dos reinos. La frontera entre los dos se localizaba en una región, donde Juan predicaba y es por eso que en vista del apoyo multitudinario que tenía el Bautista, sumado a que este se oponía al nuevo matrimonio, genero en el rey la sensación de que su propia gente podría pasarse al bando del rey enemigo y por esta razón mando prender a Juan.

En el libro encontrarás teorías que dicen que Jesús fue en realidad un discípulo de Juan el Bautista y que por esta razón fue bautizado, como acólito, no como Hijo de Dios.

Parece ser que al cabo de un tiempo Jesús decide abrirse y formar su propio grupo. Los evangelios confirman que Jesús recluto a sus primeros discípulos de entre los seguidores de Juan.

Los críticos de hoy apuntan la idea de que Juan nunca hizo la proclamación acerca de la superioridad de Jesús, ni mucho menos, que este fuera el Mesías. Para corroborarlo, se basan en que, en los evangelios hay un pasaje que cuenta como Juan, cuando estuvo en la cárcel, manda a preguntar si Jesús es el Mesías. Algo raro, teniendo en cuenta que Juan mismo lo había proclamado mucho antes.

Otra prueba es de que los propios discípulos de Jesús no lo reconocían como el Mesías, por lo menos no al principio. Él era el maestro y los demás lo seguían. Según como se aprecia en los evangelios, la convicción de que Jesús era el Mesías, se fue dando de a pocos, acorde a las cosas que Jesús hacia y predicaba, pero todo esto comenzó con el bautismo como ya sabemos y, si Juan hubiese declarado en ese momento que Jesús era el Hijo de Dios, entonces ya todos deberían saberlo, incluidos los discípulos de Jesús.

La próxima semana hablaremos un poco sobre la Iglesia de Juan, que ya existía en los inicios del cristianismo, comentaremos sobre quien era Simón el Mago y sus semejanzas con Jesús.

Todo estos temas me hacen reflexionar sobre el dicho: “El hombre entre más aprende, menos sabe”







La Revelación de los Templarios

Lynn Picknett y Clive Prince
Ediciones Martínez Roca, S.A.
Impreso en España-Printed in Spain

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