EL EVANGELIO DE JUDAS, DE TRAIDOR A HÉROE

EL EVANGELIO DE JUDAS, DE TRAIDOR A HÉROE


Desde que la cadena de televisión National Geographic, difundió al público masivo el descubrimiento del denominado “Evangelio de Judas”, muchos apresuraron en calificar este hallazgo como “revelador” e incluso “revolucionario y peligros” para el cristianismo moderno. ¿Pero qué dice en verdad este código? ¿Es en verdad tan novedoso y revolucionario?

De traidor a héroe

La interpretación que el citado códice le daba al personaje de Judas Iscariote, era para muchos una evidencia clara de que no todo estaba dicho en la religión cristiana: el infame traidor del hijo de Dios, pasaba a ser, en este documento, el héroe máximo del cristianismo, al llevar a cabo la misión que le posibilitaría a Jesús, concluir con su misión y su plan divino.

La entrega de Jesús por parte de Judas, no era pues, al parecer, un acto cobarde del apóstol, sino acto de sacrificio ordenado por el propio Cristo.

Judas redimido

A continuación relataremos los extractos más importantes que dan fe a esta interpretación distinta del apóstol de Cristo. En la página 46, Jesús le dice a Judas:

“Tú serás el número trece y serás maldecido por las demás generaciones, pero volverás para gobernarles, y en los últimos días maldecirán tu retorno a las alturas de la santa generación”.

El catedrático de Filología Griega de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio Piñeiro, explica en su libro “El Evangelio de Judas”, el citado texto.

Para Piñeiro, la relación del número trece debe entenderse no como un error (puesto que los discípulos eran doce) sino que su interpretación deriva en que Judas no sería uno más del montón, es decir, no era igual a sus compañeros, era un ser especial para Jesús, y en cuanto a las maldiciones que recibiría, debe entenderse que a pesar de las injurias, Cristo le aseguraba a Judas que sería redimido y que por su acción (su sacrificio) sería recompensado grandemente, incluso más que a los demás apóstoles, en el reino de los cielos.

La traición de Judas

Esto puede entenderse mejor si revisamos la página 56, en donde Cristo especifica la misión divina que tiene separada para su apóstol.

“En verdad te digo Judas […] Tú serás más que todos ellos, pues el hombre que me reviste, tú lo sacrificarás”.

Nótese que en esta frase puede verse claramente que es Cristo quien le pide a Judas el sacrificio. Al decir Jesús “el hombre que me reviste”, según Piñeiro, Cristo le pide a Judas que entregue su cuerpo, su vestimenta corpórea, y que al hacerlo, Judas “será más que todos ellos”, en alusión a los demás apóstoles o los otros, que con el tiempo lo considerarán traidor.

Es decir, Judas son era más que el discípulo que Cristo eligió para que llevara a cabo, quizá, el elemento más fundamental de su misión divina, que era, la resurrección y la salvación de los pecados. Judas no fue, para este evangelio, el traidor de Marcos, Mateo, Lucas y Juan, sino, el más fiel de los apóstoles que arriesga su propia vida, terrena y futura por la obra de su señor.

¿Algo nuevo bajo el sol?

Sin embargo, lejos de lo que muchos piensan, este Evangelio no presentaría una idea nueva. La figura del Judas redimido o del Judas sacrificado por la voluntad de Cristo, ha sido tratada en diversos estudios, tesis e incluso, en el arte y la literatura.

Quizá una de las más importantes interpretaciones sobre la vida de Judas la dio el escritor argentino, Jorge Luis Borges, quien entre 1904 y 1909 escribe tres obras con diversas interpretaciones sobre el bíblico personaje.

En la primera obra, titulada “Cristo y Judas”, señala que Judas al realizar el acto que hizo, obligó a Jesús a proclamar su divinidad, pues sólo él, y no los demás apóstoles, eran conscientes de esa naturaleza divina. Ante esto, Judas aceptaría el castigo que este acto contemplaría pero lo hizo por un triunfo superior, que era el triunfo del cristianismo.

En un segundo libro, Borges da la idea de que Judas traicionó a Jesús por un elevado sentimiento ascético, es decir, renunciar a la dicha del reino de los cielos porque le bastaba la dicha espiritual de haber conocido al Señor.

Por último, la tercera entrega, titulada “El salvador del secreto”, se asegura que Dios bajó encarnándose en hombre, con todas las consecuencias que esta condición requiere, es decir, se convirtió en el hombre más humilde y pecador posible, este era Judas, quien traicionó a Jesús en apariencia para realizar la completa salvación.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Estimado Percy, en relación con este artículo, además de lo publicado por el National Geographic, que no deja de ser un interesante descubrimiento arqueológico, me informe con un doctor en teológia. Este señor me aseguró que precisamente la frase citada de "la la carne que me reviste" señala que el evangelio fue escrito por una secta gnostica, escindida del cristianismo original (No hay que olvidar que el Evangelio de Maria Magdalena, fue clasificado por la iglesia catolíca como perteneciente a este mismo grupo, por frases similares a la citada). Esta secta, dió origen al Maniqueismo en forma posterior. Lo que personalmente creo es que no deja de ser un buen negocio para el personal del NG anunciarlo como un descubrimiento que cambiaría la forma de ver la religíon cristiana. Artebus.
Percy Taira ha dicho que…
Tines razón, justamente el libro de Antonio Piñeiro refiere sobre las dimensiones de gnositicismo en la religión cristiana, un tema mucho más profundo y complejo que lo difundido por Natgeo.
Liviano ha dicho que…
En 1953, más de cincuenta años antes de la restauración y publicación de la traducción del "Evangelio de Judas" (contenido en el "Codex Tchacos"), Ediciones Sol, en México, publicaría la obra "El Vuelo de la Serpiente Emplumada" que consta de Tres Libros.

El Libro Tercero contiene el relato del Apóstol Judas de Kariot de sus últimos días con su “Rabí Jesús” y en el que se clarifica que, tal como muestra el “Evangelio de Judas”, Judas no traicionó a Jesús el Cristo, sino que hizo lo que hizo, “más presto”, por amorosa, y por ello dolorosa, obediencia a su Maestro, realizando “el Papel” que Jesús le indicó que hiciera…

“…suponer que Judas pudo engañar a Jesús es poco menos que blasfemar.
La relación entre Cristo y sus discípulos es una relación que no puede concebir el hombre en términos de una vida ordinaria basada en las comprensiones que aportan los sentidos. Es necesario ir tras los sentidos. O sea formarse ojos para ver y oídos para oír; ver y oír significados más que hechos aislados, es ver y oír en un plano de relaciones.

Se dice que Judas traicionó a Jesús, pero cuando se capta el significado de los hechos bien pronto se advierte que la conducta de Judas no fué obra de su propia voluntad; fué obligado a vender a Jesús. Lo que ‘vender’ significa en el lenguaje evangélico está relacionado con la pobreza o riqueza en espíritu. Solamente recuerda que se dice el reino de los cielos como algo muy precioso que un buen mercader encuentra, y que enseguida ‘vende’ todo cuanto tiene para poder hacerse de esa preciosidad. Invierte el proceso para acercarte a un entendimiento.

El misterio de Judas es uno de los misterios que más nos confunden. Jesús sabía que iba a morir. Es más, sabía cómo iba a morir. Su muerte estaba ya predeterminada, de modo que no cabía traición alguna, porque cualquier traición requiere el elemento de una confianza basada en una ignorancia. Piénsalo un poco. Porque Jesús insiste en que él escogió a los doce y que uno de ellos era el diablo.

Mirando los hechos retrospectivamente resulta muy fácil juzgar y condenar a Judas en base a lo que otros interpretan. Pero desentrañar el misterio por sí mismo llevado sólo por el ansia de conocer la verdad, ya es otra cosa. Todos llevamos un Judas dentro de nosotros, como llevamos a un Bautista, a un Pedro, un Juan y a casi todos los personajes que figuran en los Evangelios.

Si se entiende que estos escritos tratan principalmente del desarrollo interior del hombre, se comienza a ver la legión de personajes en sí mismo y también los hechos y acontecimientos que los relacionan.”

Extracto de la obra "El Vuelo de la Serpiente Emplumada", Libro I.

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