HISTORIA DEL CULTO AL SEÑOR DE LOS MILAGROS (TEXTO DE 1771)
Por Percy Taira
En esta oportunidad y continuando con los textos históricos referidos a nuestro país, el Perú, entre
los que se incluye historia de nuestra capital Lima, voy a transcribir un
texto fechado en el año de 1771, del libro El día deseado, en el que se cuenta el origen del culto al Señor
de los Milagros, desde el momento en que fue pintado, la sobrevivencia de la
imagen por dos terremotos, los milagros y fenómenos extraños relacionados con
la imagen, y el por qué de su procesión cada mes de octubre.
Este es el texto:
“El año de 1651, se cree haberse pintado en la pared de una Cofradía
de Negros Angolas, (r) por la mano de uno de ellos, la Imagen del Señor
Crucificado, con su Madre y la Magdalena al pie de la Cruz. El año de 1655padeció esta Ciudad uno de los grandes Terremotos, que en diferentes ocasiones
la han afligido. Con él vinieron á tierra todas las Paredes de la Cofradía y de
las Casas vecinas, quedando solo en pie el pedazo que ocupaba la Imagen del
Señor. Lo retirado del sitio, que está en uno de los confines de la Ciudad, y
las ruinas que lo cercaban, impidieron se advirtiese, así en la particularidad
de quedar sola la Imagen libre de la ruina, como en la propiedad y primor de la
pintura, hasta que el año de 1671, Andres de Leon, notando todas estas
circunstancias, y en reconocimiento de la salud que creía haber alcanzado en un
grave e incurable enfermedad, encomendándose á la Divina Imagen, empezó á darle
culto baxo de una débil ramada de mangles y cañas.
La milagrosa curación de
Andres excitó la devoción de los Vecinos de aquel Barrio, é hizo frequentar el
sitio, de modo que el Cura de la Parroquia de San Marcelo, en cuyo distrito se
hallaba, dio cuenta de las muchas concurrencias nocturnas que en él había á Don
Estaban de Ibarra, Provisor en Sedevacante de este Arzobispado. El Provisor, de
acuerdo con el Excelentísimo Señor Virey Conde de Lemus, determinó que el
Promotor Fiscal, auxiliado de Don Pedro Valcazar, Capitan de una de las
Compañias de las Guardias del Señor Vires, pasase á borrar la Imagen, evitando
de este modo las juntas nocturnas y el culto menos decoros que se daba al
Señor. Puso un Indio pintor la Escalera para subir á borrar la Imagen, y á
pocos pasos que dio en ella, vino á tierra fuera de sentido y cubierto de un
copioso sudor. Creyendo el suceso causal, hicieron subir otro hombre de los
muchos que allí se hallaban, á el que le sucedió lo mismo que al primero.
Insistieron en que subiese tercero, y este exclamó que no se atrevía á llegar á
la Imagen, que admiraba cada instante mas hermosa, y con la corona en la cabeza
toda verde. Se añade, que estando el día claro y sereno, se obscureció
repentinamente el sitio, cayendo en él bastante agua. Lo extraordinario del
suceso, llamó la atención del Señor Virey, y de los Jueces Eclesiásticos. Entonces
empezaron á admirar lo singular de la pintura: la prodigiosa conservación de la
pared, estando comida por el pie de salitre, y de la humedad de dos azequias
que junto á ella pasaban: la integridad y limpieza de la Imagen del Señor,
sinque la hubiese maltratado estar á cielo raso tantos años, e inmediata á un
rastro de matanza de carneros, que producía enxambres de moscas. El Cura de San
Marcelo solicitó pasar á la Iglesia Parroquial el pedazo de pared con la Divina
Imagen, para que en ella tuviese el culto conveniente: pero Don Diego Tebes
Manrique, dueño del sitio en que se hallaba, se opuso á la traslación.
Imagen del libro El día deseado de la Iglesia de Las Nazarenas. |
La devoción, que se hizo
general en toda la Ciudad, facilitó la fabrica de una Capilla, que se concluyó
en breve tiempo, aunque de débiles materiales. Refiérese, que al levantar el
trozo de pared en que estaba la Imagen, para embeberlo en un caxon de cal y
ladrillo que lo asegurase, se desprendieron los adobes en que estaban pintadas
la Santísima Virgen y la Magdalena, quedando íntegra la Cruz y el Cuerpo del
Señor. Por estas particularidades, y por las muchas curas milagrosas, que se
creyeron efectos de la devoción á la Divina Imagen, se empezó sin duda á
conocer baxo del nombre del Señor de los Milagros, ó de las Maravillas.
El año de 1684 se dedicó al
culto y servicio del Señor de los Milagros. Sebastian de Antuñano, Varon devoto
y exemplar, el qual asegura en uno de sus manuscritos, haber sido llamado con
particular vocación á este destino: por tanto se entregó á él con tal empeño,
que compró todos los Solares vecinos á la Capilla, la hizo de nuevo con mas extensión
y mejores materiales, después del Temblor del año de 1687. La ruina que causó
en la Capilla fue general en toda la Ciudad; pues es uno de los mayores
Temblores que se ha experimentado; y en memoria de él, y para obtener del Señor
la preservase de otro semejante, se cree haberse entablado la devoción de sacar
en Rogativa la Imagen del Señor de los Milagros cada año en los días inmediatos
á aquel suceso, que acaeció el 20 de Octubre del año referido, costumbre que
hasta hoy se conserva.
La posesión en que ha estado
toda la Ciudad de ser aquella Imagen su recurso y tutela en las calamidades de
los Temblores, movió al Cabildo, Justicia y Regimiento el año de 1715 á jurarla
por Abogada y Patrona para su defensa, ofreciendo cuidar y atender á su culto,
y costear solmene fiesta todos los años el día de la Exaltación de la Cruz, con
asistencia del cuerpo de Ciudad. Lo que hasta aquí ha cumplido exactamente”.
(Nota del texto sobre el
término Cofradía)
(r) Cofradías se llaman las
Casas en que se juntan los Negros á celebrar sus fiestas. En ella fabrican una
sala espaciosa, y regularmente pintan en uno de los testeros alguna Imagen.
Las noticias del origen de la
Pintura del Señor, y de todos los demás sucesos que se refieren en esta
Relación, están tomadas de algunos manuscritos, que se hallan en el archivo de
las Religiosas Nazarenas, y de su contesto se colige haber sido escritos por
Sebastián de Antuñano. Igualmente se han sacado de la Vida de la Madre Antonia
Lucía, Fundadora del Beaterio de Nazarenas, escrita por la Madre Josefa de la
Providencia su compañera, y de una ligera Relación impresa el año 1753. La
presente Relación nada añade á aquellos testimonio: dexando la verdad de los
hechos baxo de aquellas pruebas.
Comentarios