¿Y si los extraterrestres somos nosotros mismos del futuro? La sorprendente teoría de Michael Masters
¿Y si los extraterrestres no vinieran de otro planeta, sino de nuestro propio futuro? Esa es la hipótesis que el antropólogo biológico Michael P. Masters plantea en su innovadora hipótesis extratemporal. Según este científico, los enigmáticos seres que muchas personas aseguran haber visto a lo largo de los años no serían visitantes de civilizaciones lejanas, sino nuestros descendientes en una etapa avanzada de la evolución humana y que habrían regresado para observar y estudiar su propio pasado evolutivo gracias al desarrollo de la tecnología del viaje en el tiempo.
El modelo extratemporal
En sus libros Objetos Voladores Identificados (2019) y "El Modelo Extratempestrial" (2022), Masters propone que los llamados OVNIs o FANI podrían ser máquinas del tiempo utilizadas por estos humanos del futuro. A diferencia de las teorías tradicionales sobre visitantes de otros planetas, su planteamiento se apoya en la antropología y la biología evolutiva para explicar por qué las descripciones de los “grises” encajan tan bien con una posible proyección de la evolución humana.
De acuerdo con Masters, los cambios anatómicos y fisiológicos que los testigos suelen atribuir a seres extraterrestres podrían ser el resultado natural de millones de años de evolución. Sus cuerpos reflejarían adaptaciones a un entorno tecnológico, artificial y posiblemente espacial, en el que la biología humana habría seguido su curso hacia formas más eficientes y cognitivamente avanzadas.
Evolución del cuerpo humano
Uno de los aspectos más llamativos de la hipótesis de Masters es la descripción de cómo podrían transformarse nuestros cuerpos con el paso del tiempo. Por ejemplo, el aumento del tamaño del cráneo es una tendencia que ya se observa en los fósiles humanos. En los últimos dos o tres millones de años, el cerebro se ha triplicado en tamaño, y según el antropólogo, esa expansión continuará conforme la inteligencia y la complejidad tecnológica aumenten. Los futuros humanos podrían tener cabezas mucho más grandes y redondeadas, parecidas a las que se atribuyen a los “grises”.
Masters también habla de otros rasgos físicos que podrían surgir con el tiempo. Los ojos se volverían más grandes y oscuros, adaptados a ambientes con poca luz o al uso constante de realidad virtual. La nariz y la boca serían más pequeñas debido a dietas procesadas y a la asistencia tecnológica en la respiración. El cuerpo sería más delgado y alto, adaptado a una menor gravedad o a una vida sedentaria. Incluso la pigmentación podría cambiar, tornándose más pálida o gris por la falta de exposición solar.
Viajeros del tiempo o científicos del futuro
Pero, ¿por qué estos ovnis y seres viajarían a nuestra realidad? Según la hipótesis de Masters, estos llamados "extraterrestres" podrían ser científicos o antropólogos que viajan a su propio pasado para estudiar cómo eran sus antepasados. Las abducciones y exámenes médicos relatados por testigos serían, bajo esta interpretación, experimentos de investigación realizados con fines científicos. Las naves en forma de disco que se observan en los cielos serían vehículos diseñados para desplazarse a través del tiempo.
Para evitar las paradojas clásicas del viaje temporal, Masters sugiere que las visitas ocurrirían en líneas de tiempo paralelas, un concepto compatible con la teoría de los múltiples mundos de la mecánica cuántica. Así, estos viajeros no alterarían su propio pasado, sino crearían versiones alternativas de la realidad.
Críticas y relevancia científica
Aunque la propuesta de Masters es considerada especulativa, ha despertado un amplio debate entre científicos y entusiastas del tema. Sus detractores señalan que, pese a su coherencia teórica, no existen pruebas empíricas que confirmen la posibilidad del viaje en el tiempo ni la existencia de seres del futuro entre nosotros. Además, las extrapolaciones evolutivas a largo plazo son inciertas, ya que la evolución no sigue trayectorias predecibles.
Sin embargo, la fortaleza de su hipótesis radica en su enfoque interdisciplinario. Masters combina antropología, biología evolutiva, física y astrobiología para ofrecer una visión alternativa del fenómeno. Propone analizar la evidencia con métodos científicos, sugiriendo incluso el estudio genético de supuestos restos asociados a objetos voladores no identificados.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Crees que estos extraños visitantes que muchos aseguran haber visto y contactado no son viajeros del cosmos, sino miembros de la propia especie humana evolucioandos en el futuro?
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