LOS INCAS Y SUS ROPAS HECHAS CON PELOS DE MURCIÉLAGO



Una de las cosas que más sorprendió a los españoles en su conquista del Tahuantinsuyo además del oro y la plata, fueron los textiles. Les llamó la atención la maestría con que estaban hechos, la belleza de sus dibujos y lo coloridos que eran. Los más hermosos eran por supuesto, aquellas ropas que vestían el Inca, su linaje y las distintas clases nobles del incanato, como los llamados Orejones. Lamentablemente, al ser estos objetos menos valiosos que el oro y la plata, eran desechados o destruidos por los españoles. Sin embargo, nos quedan testimonios curiosos que revelan que la moda inca, iba más allá del uso de la lana, también se confeccionaban, con los pelos de murciélagos.

El relato lo hace el joven cronista y conquistador español Pedro Pizarro, quien visitó al Inca Atahualpa cuando este se encontraba prisionero en Cajamarca. La anécdota comienza cuando Pizarro observa cómo una sirvienta le daba de comer al inca y debido a un accidente que manchó su vestimenta, decide cambiarse para sorprenderle con su nuevo traje. Dice el texto:

“Vestia este senor rropas muy delicadas. Estando un dia comiendo, que estas senoras ya dichas (le) lleuauan la comida (y) c se la ponian delante en unos xunquillos berdes muy delgados y pequenos, estaua sentado este senor en un duho de madera, de altor de poco mas de un palmo; este duho hera de madera colorada muy linda; tenianlo siempre tapado con una manta muy delgada, aunque estuuiese el sentado en el. Estos xuncos ya dichos tendian siempre delante del quando queria comer, y alli le ponían todos los manxares en oro y plata y barro, y el que el apetecia, senalaua se lo truxesen tomandole una senora destas dichas se lo tenia en la mano mientras comia. Prosigue Pizarro: “Pues estando desta manera comiendo, y yo presente, lleuando una taxada delmanxar a su uoca, le cayo una gota en el vestido que tenia puesto, y dando de mano a la yndia, se leuanto y se entro a su aposento a vestir otro vestido, y buelto, saco vestido una camiseta y una manta pardo escuro. Allegandome yo pues a el le tente la manta, que hera mas blanda que seda, y dixele: Ynga, ¿de que es este bestido tan blando? El me dixo: Es de unos paxaros que andan de noche en Puerto Viexo y en Tumbez, que muerden a los yndios. Venido a declararse, dixo que hera de pelo de murcielagos. Diziendole que de adonde se podia juntar tanto murcielago, dixo: (…) estos murcielagos de aquellas partes muerden de noche a los yndios y a los espanoles y a cauallos, y sacan tanta sangre que es cosa de misterio, y asi se aueriguo ser este bestido de lana de murcielagos, y asi hera la color como dellos, que en Puerto Viexo y en Tumbez y en sus comarcas ay gran cantidad dellos”.

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Texto editado para una mejor comprensión.

“Vestía este señor ropas muy delicadas. Estando un día comiendo, que estas señoras ya dichas le llevaban la comida y se la ponían delante en unos junquillos verdes muy delgados y pequeños, estaba sentado este señor en un duho de madera, de altor de poco más de un palmo; este duho era de madera colorada muy linda; lo tenían siempre tapado con una manta muy delgada, aunque estuviese él sentado en él. Estos juncos ya dichos tendían siempre delante de él cuando quería comer, y allí le ponían todos los manjares en oro y plata y barro, y el que él apetecía, señalaba se lo trajesen tomándole una señora de estas dichas se lo tenía en la mano mientras comía”. Prosigue Pizarro: “Pues estando de esta manera comiendo, y yo presente, llevando una tajada del manjar a su boca, le cayó una gota en el vestido que tenía puesto, y dando de mano a la india, se levantó y se entró a su aposento a vestir otro vestido, y vuelto, sacó vestido una camiseta y una manta pardo oscuro. Alegándome yo pues a él le tenté la manta, que era más blanda que seda, y le dije: Inca, ¿de qué es este vestido tan blando? El me dijo: Es de unos pájaros que andan de noche en Puerto Viejo y en Tumbes, que muerden a los indios. Venido a declararse, dijo que era de pelo de murciélagos. Diciéndole que de adonde se podía juntar tanto murciélago, dijo: (…) estos murciélagos de aquellas partes muerden de noche a los indios y a los españoles y a caballos, y sacan tanta sangre que es cosa de misterio, y así se averiguó ser este vestido de lana de murciélagos, y así era su color como de ellos, que en Puerto Viejo y en Tumbes y en sus comarcas hay gran cantidad de ellos”.

También se dice que el Inca no vestía nunca la misma ropa dos veces. Una vez que la  usaba, la mandaba quemar, algo que para los españoles, era muestra clara de su importancia y majestuosidad.


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