EL EXTRAÑO CASO DEL FANTASMA DE KATIE KING
(de Izq. a der) Florence Cook y la supuesta aparición, Katie King.
Por Percy Taira
El caso conocido como el
fantasma de Katie King, debe ser uno de los casos de fenómenos paranormales más
extraños y a la vez más intrigantes de la parasicología. No sólo porque trata
sobre un tema polémico como es el mundo de los médiums y su habilidad de
contactar con los muertos, sino porque este caso en particular tuvo dos elementos
irrepetibles hasta la fecha: Primero, que la médium no sólo contactaba con los
espíritus sino que estos, gracias a su canalización, se materializaban con
todas las propiedades de un ser humano real, y segundo, porque el caso fue
estudiado e investigado por uno de los científicos más respectados de ese
entonces, nada menos que por Sir William Crookes, químico inglés, ganador del
Premio Nobel de Química en 1907.
LOS FANTASMAS DE FLORENCE COOK
Esta historia comienza con una
niña de 15 años llamada Florence Cook, quien aseguraba era capaz no sólo de
canalizar a los espíritus, sino, de materializarlos, es decir, casi traerlos
nuevamente a la vida, en presencia, como si fuera una persona de carne y hueso.
Tal era la fama de esta espiritista británica, que llamó de inmediato la
atención no sólo de los curiosos que querían ver sus proezas con seres del más
allá, sino y sobre todo, de respetados
científicos que veían con sospechas estas hazañas y consideraban la labor de
Cook como un mero fraude.
Muchos hombres de ciencia se
interesaron por este fenómeno con la única intención de descubrir el engaño que
habría detrás de todo esto. Es aquí cuando aparece en escena William Crookes,
quien en ese entonces ya era un eminente miembro de la comunidad científica
británica. Fue así que, a pedido de la propia Katie King, que quería demostrar
a los científicos que lo suyo no era un caso más de fraude, Crookes decide
iniciar una investigación sobre los supuestos poderes sobrenaturales de la
joven, especialmente, sobre su habilidad de traer a la “vida” a un espíritu en
particular, el de Katie King.
LA FANTASMA DE KATIE KING
En 1871, el científico asume
la investigación del caso de Cook y del espíritu que la acompañaba, Katie King,
en un principio, Crookes comenzó a asistir a las diversas sesiones que
realizaba la espiritista y pudo confirmar aquello que se decía: que la
espiritista era capaz de alguna manera, de desdoblarse o de materializar otro
cuerpo, el cuerpo de una mujer, en medio de las sesiones.
En un principio, este supuesto
fantasma se mostraba por partes, a veces, mostraba solo la cabeza, a veces solo
un brazo, pero con el paso del tiempo y con el correr de las sesiones, aquel
ente, espíritu o ser, comenzó a mostrarse de manera completa. Crookes no podía
creer lo que veía, aquello era evidentemente una mujer, con todas las
propiedades de un ser humano cualquiera, que aparecía de la nada.
Esto es lo que dice William
Crookes en una de las sesiones que tuvo con Florence Cook y el espíritu Katie
King.
“Me ocuparé ahora de la sesión
celebrada ayer por la noche en Hackney. Nunca se apareció Katie con tal
perfección; por espacio de casi dos horas se paseó por la habitación y departió
con los allí presentes. Mientras paseaba me cogió varias veces por el brazo. La
impresión que sentí –de que era una mujer viva la que se encontraba a mi lado y
no un visitante de otro mundo– fue tan fuerte, que no puede resistir la
tentación de repetir una reciente y curiosa experiencia.”
Pero lo que impactó a Crookes
no solo era la presencia ya sumamente definida de un espíritu que podía caminar
por la habitación y hasta conversar con los presentes. Sino que, como hemos
dicho, poseía todas las propiedades de un cuerpo humano, como peso y masa.
“Convencido de que si no era
un espíritu lo que tenía a mi lado, mi acompañante tendría que ser una mujer,
le pedí permiso para cogerla en brazos, pues, de este modo, esperaba comprobar
las interesantes observaciones que un osado experimentador había hecho públicas
poco antes de manera un tanto prolija. Me fue otorgado el permiso, e hice uso
de él del modo más conveniente, igual que cualquier hombre bien educado se
conduciría en semejantes circunstancias. A mister Volckman le encantará la
noticia de que puedo corroborar su tesis de que el fantasma (que, por otra
parte, no opuso ninguna resistencia) es un ser tan material como la misma
Florence Cook”.
Los análisis fueron más allá,
pues Crookes como todo buen científico, no sólo se conformó con tomar del brazo
al supuesto ente, sino que le tomó el pulso, sus palpitaciones, y todo aquello
correspondía a un ser humano. ¿Pero cómo era posible? ¿Acaso un hombre de
ciencia no se daría cuenta que tiene en frente a un ser humano y no a un
fantasma? ¿Cómo pudo hacerse el engaño?
Al parecer, con el paso de los
meses y con las evidencias, Crookes se convencía de que no había posibilidad de
fraude o de truco alguno. Las habitaciones en donde se realizaban las sesiones
y en donde sucedían las apariciones de Katie King, eran controladas por el
propio Crookes, quien se encargaba por ejemplo de revisar cada rincón, cada
lugar donde una persona podría estar escondida para fabricar el engaño. Es más,
muchas de estas sesiones se realizaron en la propia casa de Crookes, con lo que
tenía un control absoluto sobre el espacio y el ambiente.
También rechazó la idea
escéptica que muchos tenían en ese tiempo, que Florence Cookes y Katie King,
eran la misma persona, es decir, que de alguna forma la espiritista lograba un
engaño de ilusión y se “vestía” de fantasma para engañar a los investigadores,
pero esto se descartó cuando en más de una oportunidad, cuando ambos
personajes, médium y espíritu se mostraban juntos en una misma habitación. La figura
de Katie King, simplemente aparecía, en el momento en que Florence Cook,
entraba en trance.
Así narra Crookes un momento
en que quiso comprobar que se trataba de la misma persona.
“Al levantar la lámpara, miré
alrededor y vi a Katie en pie, justo detrás de miss Cook. Lucía los mismos
ropajes blancos y ondulantes con los que todos la habíamos visto vestida desde
el comienzo de la sesión. Cogí una de las manos de miss Cook con la mía libre
y, una vez más de rodillas, moví la lámpara de abajo arriba, tanto para
iluminar la figura de Katie como para convencerme de a quién veía, de que era
ella la misma Katie a la que minutos antes había estrechado, y no el engendro
de una mente enfermiza. No dijo nada, se limitó a mover la cabeza en señal de
reconocimiento. Tres veces diferentes examiné con atención a miss Cook, que
seguía acurrucada delante de mí, para asegurarme de que la mano que estrechaba
era la de una mujer viva, y tres veces, asimismo, enfoqué con la lámpara a
Katie para observarla con sostenida atención hasta que no me cupiera la menor
duda de que estaba delante de mí. Por fin, miss Cook hizo un ligero movimiento,
y en el mismo instante Katie me hizo señas de que me fuera. Me retiré entonces
a un rincón del camarín y dejé de ver a Katie, pero no abandoné la estancia
hasta que miss Cook despertó y entraron dos de los asistentes con luz."
Era tan clara y corpórea la
imagen de Katie King, que Crookes pudo describirla en sus informes, además de
confirmar que Katie y Florence, no eran la misma persona.
“La estatura de Katie es
variable. En mi casa la he visto quince centímetros más alta que miss Cook.
Ayer por la noche, descalza y sin estar de puntillas, medía once centímetros
más que miss Cook. También ayer por la noche, Katie tenía descubierto el
cuello. La piel del mismo era suave al tacto y a la vista, mientras que miss
Cook tiene en el cuello una cicatriz que, en parecidas circunstancias, es,
además, de muy visible, áspera al tacto. Las orejas de Katie no están
perforadas, en tanto que miss Cook suele llevar pendientes. La tez de Katie es
muy blanca; la de miss. Cook en cambio es muy morena. Los dedos de Katie son
mucho más largos que los de miss Cook y su rostro más despejado que el de la
médium... El pelo de Katie es rubio; el de miss Cook es de color castaño, pero
casi parece negro...”.
LAS FOTOGRAFÍAS DE ESTAS APARICIONES
Pero esta fascinante, extraña
y compleja historia no termina allí. Pues como todo buen científico, William
Crookes, quería dejar constancia de lo que veía. Y una vez más, siempre
respetuoso, pidiendo el permiso correspondiente al ente que se presentaba, le
preguntó si podía tomarle algunas fotografías. La respuesta fue afirmativa, y
Crookes, logró tomar 44 fotografías de esta supuesta aparición.
Estas son algunas de las
imágenes de Florence Cook y Katie King.
William Crookes estudió este
fenómeno por tres años, desde 1871 a 1874, y hasta el final de sus días negó
las posibilidades de fraude, que aquello, sea lo que fuera, de alguna manera,
lograba materializarse de la nada o del cuerpo de Florence Cook, y hacerse
presente de manera corpórea. Fue tanta la fascinación que tuvo Crookes con el
fantasma de Katie King, que muchos aseguran que incluso llegó a enamorarse de aquella
aparición, sobre todo, por este verso que Crookes escribió sobre Katie King:
"Dejaba en pos de sí un
hálito de vida.
Sus ojos eran bellos, y su
dulce mirar
hacía más brillante cuanto la
rodeaba.
En ellos palpitaba el inefable
encanto
del cielo que esperamos.
Eran tan subyugantes
que nadie hubiera dicho
idólatra
al que a sus pies
besara."
Debido a esto muchos aseguran
que si Crookes comprobó algún tipo de fraude, y habría conocido la identidad de
la supuesta fantasma, habría callado debido al enamoramiento que sentía. Sin
embargo, estas no son más que meras especulaciones para explicar lo que parece
ser inexplicable.
LA ÚLTIMA SESIÓN CON KATIE KING
La última sesión de Katie King
ocurrió el 21 de mayo de 1876. Fue la propia Katie King quien había anunciado
que no podía estar con su médium para siempre. En su última aparición la bella
fantasma recibió un ramo de lirios por parte de Crookes. Luego escribió unas
letras de despedida a sus amigos y firmó bajo el nombre de Annie Owen Morgan,
que según dijo, era su verdadero nombre durante su vida terrenal. Antes de su
partida además, dejó como recuerdo, mechones de su cabello y retazos de su
blanco vestido, vestido que luego de ser cortado, según los testigos, no tenía
ningún agujero que evidenciara esos cortes.
Como hemos dicho Crookes siempre
defendió la autenticidad del caso, dijo una vez: “No digo que esto sea posible,
afirmo que existe”.
Otro de los testigos de la
aparición de Katie King, llamado Edward Dawson Rogers, dijo en una declaración
firmada lo siguiente:
“Lo que he presencia más de
una vez en las rigurosas condiciones de experimentación impuestas por el
profesor Crookes, ilustre químico y miembro de la Royal Society de Gran
Bretaña; en tales condiciones hubiera resultado imposible cometer algún fraude.
La aparición se paseó entre los investigadores sentados delante del camarín,
conversó con ellos, se dejó tocar. En cierta ocasión, el profesor entró en el
camarín y corrió la cortina que impedía a los asistentes ver a la médium;
entonces vimos al mismo tiempo a la médium y a la aparición materializada”.
¿FRAUDE O CASO REAL?
Lo cierto es que a la fecha,
el caso de Florence Cook y la fantasma Katie King, aún continúa siendo uno de
los casos más polémicos de la parapsicología. Sin embargo, hay datos que ocurrieron luego de
la experiencia de Crookes que podrían dar pie a pensar que todo esto no era más
que un fraude. En 1880, una mujer llamada Mistress Cormer, una médium, fue
detenida por haber cometido fraudes durante sus sesiones. Esta mujer no era
otra que Florence Cook. Algunos señalan que esta evidencia, echa por tierra lo
que esta mujer hizo en su pasado y por ende, el caso de Katie King, también
habría sido un fraude, otros sin embargo, quizá por la importancia del nombre
de William Crookes, sostienen que un hecho no puede descalificar al otro.
Sin lugar a dudas, una de esas
historias extrañas, intrigantes e imposibles, que tiene esos toques de misterio
que a nosotros nos gusta tanto.
Comentarios
Esto ultimo me sacó de onda e investigando tan solo un poco, encontre - en el primer enlace que ví - que las fechas fueron 1871 a 1874.
Cre que esta vez SÍ han cometido un error garrafal, y hasta infantil, E.O. Van a tener que rectificar antes de que alguien más se dé cuenta.