EL SWEENEY TODD DE LA FICCIÓN Y EL DE LA REALIDAD
Por: Paco Pulido S.
Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet (2007), es una película de Tim Burton, la cual está basada en la pieza teatral de Christopher Bond. Dicha historia sirvió de inspiración al musical de Stephen Sondheim (The Ballad of Sweeney Todd) en Broadway, uno de los más exitosos de la historia.
El argumento de
la película narra los últimos días de un barbero del siglo XIX llamado Benjamin
Barker, un hombre encarcelado injustamente por 15 años, que regresa a Londres
buscando venganza. Usando su navaja de afeitar, degolló a muchos clientes que
visitaban su barbería. Lo más terrible de la historia no queda ahí, pues de los
cadáveres realizaba los pasteles de carne humana que servía en la pastelería de
su cómplice, la señorita Lovett.
La historia del verdadero Sweeney, según Peter Haining
Sin embargo, la
historia fue inspirada en un asesino serial responsable de aproximadamente 160
crímenes, convirtiéndose en una leyenda en Inglaterra. La existencia de Sweeney
Todd no ha sido aún comprobada, no obstante, se han publicado algunos artículos
y libros referentes a la veracidad de la historia. Entre los más verídicos está
el libro del experto en criminalística Peter Haining, quien publicó el libro
“Sweeney Todd: The Real Story of The Demon Barber of Fleet Street” (Sweeney
Todd: La verdadera historia del barbero diabólico de la calle Fleet), donde
habla de pruebas encontradas que corroboran la existencia de Todd.
Según el
reportaje del periodista Oliver Duff del diario británico The Independent,
Haining está completamente convencido de la existencia de Todd. Afirma que
existen reportes en The Newgate Calendar, un boletín mensual de los siglos
XVIII y XIX sobre ejecuciones, producidos por el guardián de la prisión Newgate
en Londres.
Sweeney tuvo una
niñez bastante dura. Nació el 26 de octubre de 1976 y desde entonces tuvo una
fascinación extraña por los instrumentos de tortura que utilizaban en la torre
de Londres en esa época. Durante su adolescencia se convirtió en aprendiz de un
conocido especialista en máquinas de afeitar. Años más tarde fue condenado a
cinco años de prisión por robo y fue ahí donde aprendió el oficio que lo haría
conocido.
En 1775 sale de
prisión, según Haining, como un “amargo, cruel y sombrío hombre de 19 años”.
Luego, encontró trabajo como “barbero al paso”, sin tener un domicilio fijo,
hasta que se instaló en un local cerca de la iglesia de San Dunstan, en la
calle Fleet, una zona que servía de refugio para alcohólicos y ladrones. El
cartel que mostraba a la entrada de su barbería decía: “Fácil de afeitar con un
centavo, no encontrará uno tan bueno como éste”.
Según el relato
de Haining, la primera víctima fue “un joven caballero de la ciudad”, con el
cual tuvo una conversación con el barbero en una esquina de una calle. De
pronto, la conversación se convirtió en una discusión, el barbero sacó de su
ropa una navaja y le cortó el cuello. Inmediatamente después desapareció entre
los callejones de Hen y Chiken Court. Como evidencia, Haining cita el Daily
Courant del 14 de abril de 1785, que reportó el asesinato con horror y
fascinación.
Poco después, el
barbero ingenió una silla de barbero que contenía un mecanismo con el cual
descendía bajo el nivel del piso y exponía el cuello del cliente para luego
degollarlos. Muy distinto al mecanismo que muestran en la película de Tim
Burton.
Se dice que al
principio Todd dejó los cuerpos en el sótano, pero al ver que cada vez la pila
de cuerpos crecía, contrató a Margery Lovett para que utilizara la carne humana
para hornear las tortas de carne.
Era el mismo
Sweeney quien se encargaba de desmembrar los cuerpos, y separaba la carne, el
corazón, el hígado y riñones para llevárselos a la panadería de la señorita Lovett.
Los huesos y las cabezas las dejaba en el panteón de la familia Weston, debajo
de la iglesia. Se supo que detectives encontraron los restos debido a que los
feligreses se quejaron del olor nauseabundo que emanaban de los sótanos de la
iglesia.
Durante muchos
años, Todd realizó estos tipos de asesinatos. Sin embargo, se corrió la voz que
marinos desaparecían cuando llegaban a la ciudad, y fueron esos indicios los
que propiciaron la detención y arresto de la pareja. La señorita Lovett terminó
por confesar todos los asesinatos cometidos por Todd y suicidarse en prisión.
Finalmente, Todd
fue acusado por sólo un asesinato, suficiente como para colgarlo y declararlo culpable. Acusado de matar al
marinero Francis Thornhill, quien estaba de paso por la ciudad y decidió darse
una afeitada antes de entregar 16 mil perlas. Estas perlas fueron empeñadas por
Todd sistemáticamente, hasta que las autoridades se dieron cuenta que eran
perlas robadas. Al apresar al barbero e ingresar a su casa, los detectives encontraron
suficiente ropa como para vestir a 160 personas.
Heining precisó
que el barbero diabólico le echaba la culpa a su madre por haberlo traído a
este mundo sin el suficiente dinero para darle a él, para que pudiera vivir
bien.
El jurado tardó
sólo 10 minutos en encontrarlo culpable y fue sentenciado a la horca a los 45
años, el 25 de enero de 1802, en la prisión de Newgate, frente a una multitud
de gente.
¿Populismo mediático?
De acuerdo al
periodista Duff, el libro de Haining puede ser el resultado de un manejo
amarillista de la época. Estos tabloides eran los primeros en agrandar la
historia con exageraciones para obtener mayor ventas.
Un ejemplo de
las exageraciones de la época era la historia de “Spring Heeled Jack”, traducido
al español como “Pie de muelle" o “Jack el saltarín”. Un personaje de la
nobleza que asaltaba a jóvenes mujeres y a ancianos que tenía la particularidad
de respirar flamas de fuego y de tener resortes en sus zapatos con los cuales
podía saltar muy alto, esquivando a sus perseguidores. Asimismo, apareció la
historia de Jack El Destripador, un villano cuya existencia se duda aún más que
el barbero Todd.
A partir de
entonces, se escribían historias diversas sobre el origen y la verdad de estos
villanos, y de Sweeney Todd. Entre ellas, la más popular fue escrita por Thomas
Prest Pecket, que se llamó El collar de perlas (1846), en la cual describió sus
deliciosas tortas de carne.
Por otro lado,
la ignorancia de la época y la falta de orden suponían que cualquier mente
diabólica podía hacer lo que quisiera pues no existían mecanismos ni sistemas
que eviten dichos asesinatos. Algunos expertos afirman que es posible que el
verdadero Sweeney Todd nunca fuera capturado.
Se repite la historia en Brasil
Hace algunas semanas
nos dimos con la sorpresa de tres asesinos en el estado brasileño de Pernambuco
que confesaron que pertenecen a una secta que recibía órdenes de una “voz” para
eliminar mujeres que consideraban malas.
Los asesinos
confirmaron que consumieron parte de la carne de sus víctimas y que también la
usaron para fabricar empanadas que vendieron a vecinos.
Tal y como
habían confesado, la policía encontró los restos de dos mujeres en el patio de
la residencia en la que vivían los acusados.
Perú y el barbero diabólico
Muy aparte de la
historia sangrienta que encierra toda esta situación que tiene parte de verdad
y de ficción, encontramos un par de líneas dedicadas a nuestro país en el guión
de la película Sweeney Todd.
La primera frase
de la película la canta Anthony, un conocido de Sweeney Todd con el cual viajó
por el mundo antes de llegar a Londres, y habla del Perú como símbolo de tierras
exóticas y lejanas:
Antony: He
navegado por el mundo, visité sus maravillas, desde los Dardanelos, hasta las
montañas de Perú, pero no hay lugar como Londres.
Luego de un par
de frases más, Sweeney Todd replica y lo menciona también:
Sweeney: Yo también he navegado por el mundo y
he visto sus maravillas, por la crueldad del hombre que es tan maravillosa como
Perú, pero no hay lugar como Londres.
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