Cine y misterio: Crítica sobre el film: "BLUEBERRY"

WESTERN CON AYAHUASCA AMERICANA

Por Paco Pulido Spelucin

“Blueberry”, llegó hace unos años a la cartelera peruana como El Renegado. Su director, Jan Kounen, adopta a la ciencia ficción y los efectos especiales para representar una de las características más insolubles y fuertes de los indios americanos: la magia o hechizería con bebidas alucinógenas. 
Este filme, que bordea el western y la fantasía al mismo tiempo, deviene en aventura al presentar al francés Vincent Cassel como Blueberry, un vaquero intrépido, alguacil del pueblo y enamorado de la cultura india, pues es acogido por un grupo de ellos en el momento en el que sufre un terrible accidente. 
La historia empieza en 1870, cuando Mike Blueberry, quiere atrapar y matar a Wally Blount (Michael Madsen), porque fue quien mató a su novia. Unos cuantos personajes más entre el reparto y una rara historia que sirven para conjugar ciencia ficción, acción, algunos tiroteos y algunas peleas. 
Vincent Cassel, sin dejar nunca de pronunciar su francés, parece un personaje rígido, sin exageraciones, con desbordante quietud. Durante sus alucinaciones, momentos de clímax pues sirven para ilustrar la introspección y observación dentro de sí, retrata expresiones difíciles de descifrar. Sin saber si son de dolor o tristeza. 
Repasando el resto del casting, “Blueberry” incluye a la preciosa Juliette Lewis como María, hija de un poderoso hacendado. Mujer segura de ella misma como ninguna otra. Poseedora de una mirada matadora y de un valor sobresaliente: la valentía, que mataría al mismo Blueberry. 
Asimismo, Prosit (Eddie Izzard), un bastardo, hijo de la vida pero de la mala vida, es un aventurero que siempre estuvo buscando oro sin importarle nada. ¿Posee alguna otra virtud (si es que se puede llamar virtud a eso)? No, nada más. 
Es imposible dejar de mencionar el final. Pretensioso pero logra su objetivo. Todo se trata de recuperar parte de su vida. Perdonar lo imperdonable. Mirar de nuevo a sus recuerdos. Mirar de nuevo a su gastada memoria. Qué importante es analizarnos desde lo más profundo de nuestro ser. 
Una de las partes más importantes de la película son las consecuencias de una bebida alucinógena. Cuántos de nosotros hemos tomado alguna vez alguna bebida alucinógena. No creo que muchos. ¿Deberíamos de hacerlo? Dicen que es la única manera de observar y curar nuestros más profundos miedos. En esta película sucede algo parecido. ¿Ayahuasca americana? Quizás, eso no importa, lo que importa es su objetivo final. Representar en sueños, la verdad tal y como fue y representar sucesos importantes, miedos, traumas, todo lo que uno guarda en el subconsciente. Aceptando lo que pasó sin cegarnos y sin tapar los ojos de la mente. Importante final. Final personal e intrínseco que recupera a la película que no contiene muchos giros de tuerca. 
Si hay algo que se puede rescatar de “Blueberry”, es también sus efectos especiales. Alucinaciones, representaciones que sólo existen dentro de la mente. Serpientes representando el tiempo. El tiempo representándose a sí mismo. Juego de figuras geométricas unidas al rostro desencajado de Cassel. Un final que merece verse, una película interesante que retrata estas consecuencias con abstracciones mentales notables. 
Pueden escribirme a: pacopulidospelucin@gmail.com

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