¿POR QUÉ LA LUNA SE VE GRANDE EN UNOS LUGARES Y EN OTROS NO?
Por Percy Taira
Luego de la última “super luna”
que vivimos el pasado sábado 5 de mayo de este año, muchas personas han cuestionado
el hecho de que la luna pudiera verse tan grande como los astrónomo y
científicos dijeron que se vería, es decir, un 13 por ciento más grande de lo
normal. Algunos sostienen que la luna se vio como siempre e incluso, que se vio
más pequeña que en otras fechas. Quizá esto no se debió a la luna en sí, o a su
mayor o menor acercamiento, sino a nuestra propia percepción, a una ilusión
óptica que aún no ha podido ser explicada por el ser humano.
En este post vamos a tratar
dos de las teorías más aceptadas del por qué no vemos la luna tan grande como
se puede ver en otros lugares o las ven otras personas. Estas dos teorías se
basan en que la luna siempre tiene el mismo tamaño sólo que se ve más grande o
más pequeña según el lugar o la “aparente” distancia que pueda tener de quien
la observa, así mismo, con la curiosidad de que esta se vea más grande en el
horizonte y más pequeña cuando se encuentra en el cielo. Veamos por qué.
¿LA LUNA CAMBIA DE TAMAÑO?
Para comenzar debemos tener en
claro que la luna no cambia de tamaño durante toda su trayectoria, desde que
sale hasta que se oculta, por lo menos no en una misma noche, para comprobar
esto se puede hacer un experimento muy sencillo, basta con sobreponer una moneda cuando vea a la luna
(tal como hace con su dedo pulgar un pintor ante su modelo) y notará que
efectivamente, el tamaño de la luna no varía. Es decir, el tema de la
diferencia del tamaño de la luna pasa por una mera percepción de nuestros ojos
y por ende, de nuestro cerebro. Dicho esto, pasamos a las teorías.
LA ILUSIÓN PONZO
La ilusión de Ponzo es una de
las primeras teorías sobre este fenómeno, debe su nombre a su descubridor Mario
Ponzo, quien en 1913, sugiere que el tamaño que nosotros vemos de la luna es
una mala interpretación de nuestro cerebro, sobre todo de percepción. Es decir,
por lo general, vemos a la luna más grande cuando está ubicada en el horizonte
porque podemos compararla con objetos que el cerebro reconoce (edificios,
bosques, cerros, etc), en cambio, cuando la vemos en el cielo, el cerebro
pierde la perspectiva y la distancia, por ende, la vemos más pequeña.
Es más, algo parecido le
ocurre a los astronautas cuando están en la misma luna, como allá no hay puntos
de referencia (acá podemos ampliar la imagen a ver por ejemplo ciudades) no hay
puntos de referencia para calcular distancias o tamaños, por ello, para los
astronautas era muy difícil relacionar la distancia de una roca entre otra
roca, o del cerro más cercano, por ello es muy difícil caminar sobre la luna,
es más, hubo casos en que astronautas se han perdido caminando sobre la
superficie lunar.
Volviendo al tema, para
comprobar su teoría Ponzo dibujó dos barras idénticas sobre una imagen de
rieles de ferrocarril que se unen en la distancia, como vemos en el dibujo, la
barra superior parece más ancha porque aparenta ser más grande que los rieles a
diferencia de la barra inferior que queda entre los rieles.
EL CIELO ACHATADO
Otra de las teorías más
populares es aquella que habla sobre la propia percepción que tiene nuestro
cerebro y nosotros sobre lo que es el cielo, sobre lo que es el universo. Es
decir, si vemos a la luna más grande cuando está en el horizonte y más pequeña
cuando está en el cenit, se debe a que consideramos el cielo no como una
bóveda, como ciertamente es, sino como algo achatado.
Como puede verse en la imagen,
mientras más cercano creemos que está un objeto, curiosamente, lo vemos más
pequeño, que cuando lo vemos más lejano, una especie de perspectiva al revés. Quizá
por esta teoría es muy discutida pues no ocurre lo mismo por ejemplo, cuando
vemos las nubes en el cielo y podemos diferenciar cuáles se encuentran más
cercanas o lejanas desde nuestro punto de vista, con el horizonte.
No obstante, hay muchos que
rechazan estas dos teorías, y señalan que no se debe a un problema de
perspectiva sino a un fenómeno atmosférico, al paso de la luz a través de la
atmósfera que a manera de lupa hace que la luna cuando sale o se oculta se vea
más grande (pues en el horizonte atraviesa mayor cantidad de aire) que cuando
está en el cenit. No obstante, muchos sostienen que aunque teóricamente esta
idea es aceptable, es demasiado exagerada para creer que la atmósfera pueda
producir tal variación en la percepción del tamaño de la luna.
Particularmente me quedo con
la ilusión de Ponzo, me parece la más acertada y es lo que por lo menos, por
experiencia propia, he descubierto, lo curioso en todo caso, es que el hombre
haya podido pisar la luna, la hemos visto estando sobre ella y pese a ello, el
cómo la vemos desde la Tierra, continúa siendo un misterio. Una pregunta sin
respuesta.
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