ÚRSULA DE JESÚS, LA SANTA ESCONDIDA DE LIMA
En 1604, cuando Martín de Porres Velásquez iniciaba recién su camino religioso en la Orden de Santo Domingo y Guzmán, nació en Lima, Úrsula de Jesús, una mujer negra que pese a nacer bajo las ataduras de la esclavitud logró convertirse en la santa limeña más conocida de su tiempo no sólo por los extraordinarios milagros que realizó en vida sino también, por su extraña habilidad de conversar con los muertos del purgatorio.
Y sin embargo, pese a su fama de Sierva de Dios, Úrsula de Jesús, nunca fue elevada a los altares de la santidad, y su nombre, así como su historia, fue perdiéndose para siempre tanto que hoy en día resulta sumamente desconocida para la mayoría de católicos y fieles de la capital.
Pero ¿Quién fue Úrsula de Jesús? ¿Por qué no fue declarada santa en su época y qué es lo poco que se sabe de esta llamada “Santa Escondida” de Lima?
Su historia
Úrsula de Jesús nació en noviembre de 1604, fue hija de Juan Castilla y de la esclava, Isabel de los Ríos. A los 12 años fue llevada al monasterio de Santa Clara para que sirviera en las labores de cocina y en la enfermería. Ya en 1645 toma el hábito y dos años después hace su primera confesión.
Según los textos de su tiempo, era considerada como una joven piadosa, humilde y revestida de santidad, destacando entre sus dones las visiones divinas que tenía así como su habilidad para comunicarse con las almas del purgatorio. Tal fue su fama que al fallecer el 23 de febrero de 1666, a los 62 años de edad, miles de personas, entre ellas las más importantes autoridades eclesiásticas y políticas de la época, se acercaron a la plazoleta del convento para darle el último adiós. Sin lugar a dudas un hecho poco común en la época recordando que se trataba del entierro de una mujer de raza negra.
Sus milagros
Entre sus milagros más importantes está el haberse salvado de un accidente que pudo acabar con su vida. Se cuenta que cuando tenía 30 años, Úrsula de Jesús se encontraba en el patio del convento intentando tender una túnica en un palo ubicado encima de un pozo. Debido al esfuerzo, ella tropezó y por poco cae dentro si no fuera porque pudo sujetarse del borde con una de sus manos. En su desesperación por no caer, se dice que Úrsula cogió con su mano libre el escapulario de la Virgen del Carmen que tenía sobre el pecho y le pidió que la salvase. Segundos después de su súplica, se vio milagrosamente fuera del hoyo.
Así también se cuenta que el 18 de diciembre de 1645 mientras se encontraba realizando sus labores en la cocina, se quejó con tristeza por no poder asistir a la misa y comulgar. En ese momento el capellán que oficiaba la ceremonia en el convento vio cómo una hostia escapaba de la copa y prácticamente voló hacia Úrsula quien pudo participar de esta manera de la eucaristía.
Sus visiones y conversaciones con el más allá
Sin embargo, los milagros del que más se tiene conocimiento y que más hicieron hablar a la Lima de su tiempo fueron sus llamadas visiones o revelaciones y sus conversaciones que decía sostener con las almas del purgatorio.
En cuanto a sus visiones, Úrsula relata en su diario personal aquellas imágenes del purgatorio las cuales describe con gran detalle y precisión. Ella cuenta por ejemplo:
“Olbidada de que abia ynfierno bi una profundidad tan ediondisima mas que muchisimos posos tantos mas profundo me paresio que ay de alto aqui al sielo y alli grandisima multitud de jente que paresian ormigas y desian desdichado de mi para sienpre e de estar aqui dije jesus sea conmigo tanta jente ay aqui dijeronme cada dia cae tanta como bes ay porque de todas las partes del mundo de ynfieles moros y judios dijo muchas generasiones y de los cristianos que eran pocos los que se salbaban porque abia muchos descuidados yngratos […] y desian desdichados dellos que no creyeren en jesucristo subian aquellas llamas por ensima de las cabesas y abian ensima una cosa a manera de rred por donde subian aquellas llamas y desianque aquello de arriba era purgatorio…”
Asimismo, en cuanto a sus conversaciones con diversas almas, Úrsula describe:
“En nombre de la santisima trinidad no se si es alguna cosa de aquel engañador desde el año nuebo que fue el biernes pasado asta oy que es bispera de rreyes todas las mas Beses que boy a la orasion biene a mi un frayle fransisco que jamas conosi que es aquel que se echo de la pared dios sabe si es berdad lo que es biene pidiendo que le encomiende mucho a dios que esta en grandisimas penas que le ofresca al eterno padre por el aquellas terribles agonias que padesio…”
¿Por qué no fue canonizada?
Sin embargo, pese al reconocimiento que tuvo en vida y la imagen de Sierva de Dios que logró entre sus contemporáneos, cabe preguntarse ¿por qué no fue canonizada por el Vaticano?
Pues aunque parezca increíble, la canonización de Úrsula de Jesús no se produjo por culpa de un accidente, y es que luego de que se hicieran los trámites necesarios para su canonización y luego que se lograra de recopilar los cientos de testimonios y testigos que daban fe de su santidad, el galeón en donde fueron enviados tales archivos sufrió un accidente durante su viaje a España que terminó por hundirlo en el mar perdiendo así todos esos registros vinculados a la religiosa limeña. Y es por este sólo incidente que Lima y Perú no pudo tener a su primera santa de raza negra y el nombre de Úrsula de Jesús se borró para siempre del imaginario de los fieles.
Lo que dejó Úrsula de Jesús
A todo esto, lo que hay que destacar de la llamada “Santa Escondida” de Lima, es que pese a no tener la fama de otros santos limeños, para los que la conocen, ella resulta ser un símbolo máximo de que la fe trasciende las razas y las condiciones sociales de las personas. Úrsula de Jesús fue adorada como santa en el virreinato pese a su condición inicial de esclava, a su raza e incluso, pese a su sexo, pues en aquella época las discriminaciones ya sea por condición social, racial o sexual eran comunes. Así que pese a ello, Úrsula destacó y si bien hoy no es conocida por los más de los peruanos su nombre seguramente comenzará a llamar la atención de los creyentes limeños que ahora tienen un ejemplo más de santidad al cual seguir.
Y sin embargo, pese a su fama de Sierva de Dios, Úrsula de Jesús, nunca fue elevada a los altares de la santidad, y su nombre, así como su historia, fue perdiéndose para siempre tanto que hoy en día resulta sumamente desconocida para la mayoría de católicos y fieles de la capital.
Pero ¿Quién fue Úrsula de Jesús? ¿Por qué no fue declarada santa en su época y qué es lo poco que se sabe de esta llamada “Santa Escondida” de Lima?
Su historia
Úrsula de Jesús nació en noviembre de 1604, fue hija de Juan Castilla y de la esclava, Isabel de los Ríos. A los 12 años fue llevada al monasterio de Santa Clara para que sirviera en las labores de cocina y en la enfermería. Ya en 1645 toma el hábito y dos años después hace su primera confesión.
Según los textos de su tiempo, era considerada como una joven piadosa, humilde y revestida de santidad, destacando entre sus dones las visiones divinas que tenía así como su habilidad para comunicarse con las almas del purgatorio. Tal fue su fama que al fallecer el 23 de febrero de 1666, a los 62 años de edad, miles de personas, entre ellas las más importantes autoridades eclesiásticas y políticas de la época, se acercaron a la plazoleta del convento para darle el último adiós. Sin lugar a dudas un hecho poco común en la época recordando que se trataba del entierro de una mujer de raza negra.
Sus milagros
Entre sus milagros más importantes está el haberse salvado de un accidente que pudo acabar con su vida. Se cuenta que cuando tenía 30 años, Úrsula de Jesús se encontraba en el patio del convento intentando tender una túnica en un palo ubicado encima de un pozo. Debido al esfuerzo, ella tropezó y por poco cae dentro si no fuera porque pudo sujetarse del borde con una de sus manos. En su desesperación por no caer, se dice que Úrsula cogió con su mano libre el escapulario de la Virgen del Carmen que tenía sobre el pecho y le pidió que la salvase. Segundos después de su súplica, se vio milagrosamente fuera del hoyo.
Así también se cuenta que el 18 de diciembre de 1645 mientras se encontraba realizando sus labores en la cocina, se quejó con tristeza por no poder asistir a la misa y comulgar. En ese momento el capellán que oficiaba la ceremonia en el convento vio cómo una hostia escapaba de la copa y prácticamente voló hacia Úrsula quien pudo participar de esta manera de la eucaristía.
Sus visiones y conversaciones con el más allá
Sin embargo, los milagros del que más se tiene conocimiento y que más hicieron hablar a la Lima de su tiempo fueron sus llamadas visiones o revelaciones y sus conversaciones que decía sostener con las almas del purgatorio.
En cuanto a sus visiones, Úrsula relata en su diario personal aquellas imágenes del purgatorio las cuales describe con gran detalle y precisión. Ella cuenta por ejemplo:
“Olbidada de que abia ynfierno bi una profundidad tan ediondisima mas que muchisimos posos tantos mas profundo me paresio que ay de alto aqui al sielo y alli grandisima multitud de jente que paresian ormigas y desian desdichado de mi para sienpre e de estar aqui dije jesus sea conmigo tanta jente ay aqui dijeronme cada dia cae tanta como bes ay porque de todas las partes del mundo de ynfieles moros y judios dijo muchas generasiones y de los cristianos que eran pocos los que se salbaban porque abia muchos descuidados yngratos […] y desian desdichados dellos que no creyeren en jesucristo subian aquellas llamas por ensima de las cabesas y abian ensima una cosa a manera de rred por donde subian aquellas llamas y desianque aquello de arriba era purgatorio…”
Asimismo, en cuanto a sus conversaciones con diversas almas, Úrsula describe:
“En nombre de la santisima trinidad no se si es alguna cosa de aquel engañador desde el año nuebo que fue el biernes pasado asta oy que es bispera de rreyes todas las mas Beses que boy a la orasion biene a mi un frayle fransisco que jamas conosi que es aquel que se echo de la pared dios sabe si es berdad lo que es biene pidiendo que le encomiende mucho a dios que esta en grandisimas penas que le ofresca al eterno padre por el aquellas terribles agonias que padesio…”
¿Por qué no fue canonizada?
Sin embargo, pese al reconocimiento que tuvo en vida y la imagen de Sierva de Dios que logró entre sus contemporáneos, cabe preguntarse ¿por qué no fue canonizada por el Vaticano?
Pues aunque parezca increíble, la canonización de Úrsula de Jesús no se produjo por culpa de un accidente, y es que luego de que se hicieran los trámites necesarios para su canonización y luego que se lograra de recopilar los cientos de testimonios y testigos que daban fe de su santidad, el galeón en donde fueron enviados tales archivos sufrió un accidente durante su viaje a España que terminó por hundirlo en el mar perdiendo así todos esos registros vinculados a la religiosa limeña. Y es por este sólo incidente que Lima y Perú no pudo tener a su primera santa de raza negra y el nombre de Úrsula de Jesús se borró para siempre del imaginario de los fieles.
Lo que dejó Úrsula de Jesús
A todo esto, lo que hay que destacar de la llamada “Santa Escondida” de Lima, es que pese a no tener la fama de otros santos limeños, para los que la conocen, ella resulta ser un símbolo máximo de que la fe trasciende las razas y las condiciones sociales de las personas. Úrsula de Jesús fue adorada como santa en el virreinato pese a su condición inicial de esclava, a su raza e incluso, pese a su sexo, pues en aquella época las discriminaciones ya sea por condición social, racial o sexual eran comunes. Así que pese a ello, Úrsula destacó y si bien hoy no es conocida por los más de los peruanos su nombre seguramente comenzará a llamar la atención de los creyentes limeños que ahora tienen un ejemplo más de santidad al cual seguir.
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