ESTAR FRENTE A LOS EXTRAORDINARIO
Por Percy Taira
Estar frente a lo
extraordinario, a lo imposible, al misterio puro, no debe ser sencillo. Aquella
persona, testigo de aquello, no solo debe enfrentar al miedo natural de estar
frente a lo imposible, a lo descabellado, sino que, una vez terminado el hecho,
debe hacer frente a un miedo mucho más humano pero igual de complicado: el
miedo de confesar lo que vio, de comentar a la familia, a los amigos o a la
sociedad, los detalles de aquello que vio y que no entiende. El miedo al
ridículo, a que lo tomen por loco, a que no le crean.
Y es que todos sabemos que los
fenómenos extraños (desde aquellos raros objetos que aparecen de pronto en el
cielo y no sabemos explicar muy bien qué es, hasta las extrañas sombras que van
por pasillos como si existieran y vivieran paralelamente con nosotros) no
tienen distingos, y puede ocurrirle tanto al campesino de la zona más rural y
apartada de alguna provincia, o al científico más renombrado del planeta. Sin embargo,
ese miedo al ridículo, a la burla, hace muchas veces que todo esto quede en el
más absoluto silencio.
Por suerte, o quizá como resultado de un tiempo en que la
modernidad nos ha saciado, cada vez hay más medios, canales y formas para que
esta gente deje a un lado ese temor humano a la vergüenza pública y confiese
ante cámaras, ante un medio escrito, un blog o ante la radio, lo que vio. Lo que presenció y que no entiende y no sabe
cómo explicarlo.
En España, México, Argentina, Chile,
e incluso en nuestro país, Perú, solo por mencionar algunos casos de habla
hispana, cada vez hay más medios que tratan con respeto estos temas y que buscan por sobre todas las cosas, no
hacer mofa del testigo que acude a ellos, sino de escuchar y a través de su
testimonio investigar y develar aquello que se encuentra oculto, desentrañar en
todos estos fenómenos y encontrar algo parecido a una explicación.
Hace poco, en la ediciónnúmero 10 de nuestro programa Expediente Oculto Radio, nuestro compañero y periodista
Alex Albornoz nos trajo una galería de pinturas algunas de tiempos antiquísimos
y otras del siglo XV, en la que se podía ver, sin lugar a dudas (y creo que en
estas pinturas, no hay lugar para la falsa interpretación) objetos extraños que
fueron retratados dentro de la composición pictórica. Eran los ovnis en el arte
antiguo.
Objetos con forma de sombrero,
otros, como una gran esfera en mitad del cielo, otros de forma circular a
manera de gran nube por donde salen destellos, y otros, mucho más claros y
enfáticos, como naves propiamente dichas, tripuladas por seres de apariencia
humana, en un tiempo en donde el solo hecho de volar estaba más relacionado con
las artes oscuras que con la ciencia.
Quién sabe, quizá los pintores
que realizaron estos cuadros, estás imágenes, fueron los testigos de nuestro
tiempo, y estuvieron también frente a eso extraordinario y por temor al rechazo
de la sociedad, tuvieron que valerse del arte para, a manera de confesión,
decirle a sus congéneres, que fueron testigos de algo increíble que no
entendían, pero que querían dejar constancia de que existía. Entonces usaron la
piedra o el lienzo y plasmaron allí su testimonio, quisieron dejar a la
posteridad, en el único medio de comunicación masivo de aquellos tiempos, esos objetos
que una vez vieron y que no supieron explicar qué era pero que sabían
conscientemente (por eso sus ansías de plasmarlo en su arte) de que era algo
importante, algo que se debía dar a conocer.
Y ahora, en estos tiempos
modernos, el hombre sigue siendo el mismo, y los petroglifos, las pinturas de ayer,
son las fotografías y los vídeos de hoy y las ansías de que aquello que vieron
y no supieron descifrar qué era, quede a la posteridad continúa intacta. Suerte
para nosotros que tenemos ahora la tecnología para que cada ciudadano pueda
hacer visible lo que siempre se ha mantenido en las sombras. Suerte para
nosotros que si bien, el miedo al ridículo y al rechazo continúa, ahora hay más
puertas, más formas, de dar a conocer lo que vimos, lo que presenciamos y que
consideramos, es vital para el hombre que se dé a conocer.
En Expediente Oculto queremos
dar un saludo a esos valientes, quienes pese a todos los obstáculos decidieron dar
un paso al frente y compartir con nosotros sus testimonios, también queremos
saludar a aquellas otras personas, que ahora mismo, en el momento en que
escribo estas líneas, están siendo testigos de lo inverosímil y para aquellas, que
siendo testigos, ahora se preguntan qué fue lo que vieron y sienten ese temor de quien guarda para sí
algo sumamente importante. Un saludo para todas estas personas y queremos
decirles que pueden contar con nuestro blog Expediente Oculto, que en medio de
todo este océano que es internet, es una de esas puertas abiertas en donde
pueden compartir eso extraordinario para el resto de nosotros.
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