COMENTARIO SOBRE LA PELÍCULA JOKER: ES TODO MENOS UNA PELÍCULA DE SUPERHÉROES
Por Percy Taira M.
La película del Joker de Todd
Phillips, que tiene como protagonista a Joaquín Phoenix en el papel de Arthur
Fleck, ha despertado gran polémica incluso antes de su estreno. Muchos grupos
que están en contra de la violencia que impera hoy en los Estados Unidos —sobre
todo por el uso indiscriminado de las armas y las matanzas masivas— han dicho
que esta película promueve la violencia social y temen que esta historia de
ficción pueda influenciar de manera directa en la realidad. Luego de ver la
película, puedo decir, que este temor es infundado.
Pero comencemos por el
principio. Quizá lo primero que se deba decir sobre el Joker es que al
verla uno debe olvidar que se trata de
una película del Joker. Sí, puede sonar absurdo, pero no lo es, el film de Todd
Phillips no es una película de superhéroes ni tiene nada que ver con esas
recetas fílmicas que hemos visto hasta el cansancio en el cine en los últimos
veinte años. Ni siquiera tiene que ver con Batman, el héroe al que el Joker se
enfrenta. Si bien hay algunos guiños sobre la historia de los Wayne, la trama
principal podría funcionar sin ninguna de estas referencias.
Esto porque el Joker es más
que el origen del supervillano enloquecido de DC Comics, el Joker es una
historia compleja y cruda que trata de explicar cómo una persona con serios
problemas psicológicos, de un pasado violento y terrible y un presente lleno de
abuso y miseria, y que además está inmerso en una sociedad indiferente, poco
empática y agresiva, puede estallar y convertirse en un ser que cree que la
justicia radica en la venganza, el caos y la exacerbación de esa misma violencia.
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La justicia del Joker es una
justicia personalísima, mata a quienes le han hecho daño, a quienes se burlan
de él o lo han maltratado, y en actuar no hace diferencia entre unos
desconocidos, un presentador de televisión o hasta a su propia madre. Como
digo, la justicia del Joker es personal. Es la justicia del hombre que es capaz
de todo porque ya no le importa vivir, porque ya no le importa su vida.
Sobre esto, la película nos da
de forma magistral, varias pistas sobre el pensamiento destructivo y
autodestructivo del Joker. Nos revela por ejemplo aquel consejo de su madre que
para el protagonista fue siempre una especie de mantra y que lo llevó a
continuar con la vocación de toda su vida: Siempre ten una sonrisa en tu
rostro, sin importar qué suceda. Pero a la vez vemos a un sujeto trastornado
que en su diario desea que su muerte tenga más sentido que su propia vida. Y
ya, cuando la verdad de su propio origen se revela, confiesa que a pesar de que
pasó toda su vida buscando la felicidad al final todo no era más que una farsa
pues jamás tuvo un momento feliz en su vida. Y por último, llega a la
conclusión que su vida no era una tragedia sino una comedia. Una comedia
desesperada de un hombre solitario que no tiene nada que perder. El Joker es un
hombre que ríe, pero su risa no nace de la felicidad sino del dolor, el odio, la
discriminación y la locura.
El hecho de que esta justicia personal
del Joker se convierta luego en un movimiento social que busca hacer frente a
los abusos e injusticias de los hombres más poderosos y adinerados de la ciudad
no es más que cumplir el viejo adagio de la fortuna de estar en el tiempo y
lugar indicados, sin embargo, esta azar del destino le da al Joker la
posibilidad de satisfacer su propia necesidad de aprecio y sobre todo de
Existir. Y esto a su vez, empata con una necesidad social provocando en ella la
misma reacción violenta del personaje.
Otro punto a destacar es la
manera cómo la trama navegó entre el drama y la comedia. Las partes de comedia
en este film no desentonan con la historia y muy por el contrario, a veces
refuerzan o le dan un respiro a las escenas que en más de una oportunidad
pueden dejarnos sin aliento. Por cierto, el hecho de que la risa del Joker sea
un tic psicológico y no una risa adrede o de maldad, es un giro espectacular
del guion.
Y no puedo terminar este
comentario sin destacar la excelente actuación de Joaquín Phoenix, quien nos ha
entregado un Joker cercano, profundo, de tonos grises, y sobre todo, único.
Supo pasar del personaje víctima con el que muchos simpatizan al inicio del
filme, al del victimario y enloquecido sujeto que ejerce la violencia sin
ningún tipo de reparos ni arrepentimientos. Nos llevó de la empatía al temor y
pudimos ver cómo ese personaje se fue desmoronando de pocos hasta llegar a su
estado final. Creo que demás está compararlo con los otros Joker que han
existido en el cine como Jack Nicholson, Heath Ledger o Jared Leto, pues
Phoenix se ha ganado un lugar propio en la recordación de este personaje, como
digo, distinto y único a cualquier Joker.
Por último, y para responder a
los temores que mencioné al inicio de este comentario, puedo decir que no hay
nada que temer. La película es un gran filme pero no deja de ser evidente la
fantasía y la ficción puesta en ella. El personaje, al final, no deja de
mostrarnos a algo que solo puede ocurrir en la ficción. Es imposible concebir
que ésta inspire matanzas como las que propone la cinta, en todo caso, si una
sociedad replica una ficción de este tipo en la vida real, el problema no está
en la película, ni en el director ni en el actor, sino, en esa sociedad. Como dice
el director del film Todd Phillip: "No puedes culpar al cine por un mundo
que está tan jodido que cualquier cosa lo puede destruir".
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