EL PANCRACIO: EL JUEGO MÁS VIOLENTO DE LAS OLIMPIADAS
El Pancracio, considerado como el "juego" más violento de las antiguas olimpiadas. |
Por Percy Taira
El Pancracio es considerada
una de los "deportes" más duros y violentos de los antiguos juegos
olímpicos de Grecia, que según la historia se realizaron entre el 776 A.C y el
394 D.C. Se dice que era muy similar a lo que hoy en día conocemos como un
"valetodo" es decir, una mezcla de boxeo y lucha de pocas reglas y
mucha violencia.
De las reglas que tenía este
juego podemos decir que estaba que los contendores golpearan las partes
blandas, es decir, introducir los dedos en los ojos, la boca o la nariz, y las
mordidas, pero todo los demás, incluso los genitales, podían ser golpeados.
Es más, cuenta Plutarco, que
una vez un árbitro llamó la atención a un espartano por morder "como una
mujer" a un rival, a lo que el espartano respondió: "como una mujer
no, como un león".
Otra regla era que el único
límite de tiempo era el del día, es decir, que los luchadores peleaban hasta
que el sol se ocultara, y si aún no había un vencedor, la competencia seguía
hasta el día siguiente aunque con una variación en las reglas, que era que cada
luchador tenía que atacar al rival por turnos, con la ventaja además que el
atacante podía determinar qué tipo de defensa (o no defensa) debía tener su
rival para recibir el golpe.
Además de esto, en las peleas
tampoco había algún tipo de protección, ya sea en el cuerpo del combatiente ni
en los puños, era una lucha libre en la que como hemos dicho, esta permitido de
todo y en ese todo, estaba incluido muchas técnicas como la estrangulación, la
dislocación de huesos, las zancadillas, entre otras. Asimismo, se practicaban
técnicas que hasta el día de hoy se utilizan como la tijera, que era coger el
abdomen del rival con las piernas, aunque en este caso, era hasta casi llevarlo
a la asfixia. Es más, se dice que esta técnica provocó la muerte de muchos
campeones olímpicos.
A parte del tiempo la pelea
solamente podía concluir cuando uno de los competidores levantaba el dedo en señal
de rendición, cuando se encontraba inconsciente o cuando moría.
PELEAS VIOLENTAS EN LA HISTORIA
A la derecha e izquierda la obra de Antonio Canova de la pelea de Creugas y Damoxenos. |
Uno de las competencias que ha
quedado registrado en la historia ocurrió en el año 564 a.C. en la que
Arrichion, dos veces campeón de Phigalia, se enfrenta contra otro sujeto cuyo
nombre no ha quedado registrado. Pues bien, cuenta la historia que durante el
combate, el anónimo combatiente salta sobre la espalda de Arrichion y rodea con
sus brazos su cuello, el campeón trata de
zafarse sin embargo, la llave es muy dura, tanto que está a punto de ser
vencido, sin embargo, en ese momento, su entrenador lanzó este grito a
Arrichion: “¡Qué magníficos funerales tendrías si no te rindes en Olimpia!”
Al escuchar esto, el campeón
sacó fuerzas de dónde no tenía, logró voltear a su rival y le torció el pie,
ante el dolor, el anónimo combatiente levanta el dedo en señal de derrota. Al terminar
la pelea, y en un descuido de Arrichion, el rival, en un acto que hoy podríamos
"antideportivo", aunque más se adecúa el término de “traicionero” coge
nuevamente del cuello a Arrichion, y lo fuerza hasta romperlo y matarlo.
El público despreció al rival
y celebró a Arriachion, dándole a él la victoria y declarándolo campeón. Se
dice que cubrieron su cuerpo muerto con laureles y cipreses.
Pero ese no fue el único
combate trágico. Otro de ellos es el que sostuvieron Creugas, campeón de
Epidamnos y Damoxenos de Siracusa, en los Juegos Nemeos del 400 a. C. Se dice
que lucharon hasta que el sol se ocultó, y como dictan las reglas que hemos
mencionado, la pelea tenía que suspenderse hasta el día siguiente, cuando la
pelea se reanudara y tenían que golpearse por turnos, con la condición ya dicha,
de que el hombre que golpeaba podía decirle al rival la posición de defensa que
debía adoptar. La pelea o el desempate, si se quiere, terminaba cuando uno de
los dos no aguantaba más los golpes y caía o se rendía o moría.
Echado los turnos a la suerte,
le tocó a Creugas ser el primero en lanzar el golpe y le exigió a Damoxenos
que bajase los brazos para recibir un
golpe en la cara. Creugas lanzó un fuerte golpe al rostro de Damoxenos, que
como es lógico, no tenía guardia alguna, sin embargo, se mantuvo en pie. Luego
le tocó a Damoxenos, y le ordenó a Creugas que levante su brazo en alto y le muestre su costado. Luego,
Damoxenos abrió su mano, extendió los dedos y como un cuchillo, golpeó por
debajo de la caja toráxica de Creugas, perforando su piel, su cuerpo, y según la
historia, llegó incluso a quitarle hasta los intestinos, matándolo de
inmediato.
Tal fue el shock que sufrió la
civilización griega con esta pelea que se fue contando generación tras
generación, incluso, la historia llegó a inspirar al escultor italiano Antonio
Canova, que inmortalizó a los dos campeones en un monumento que hoy se
encuentra en el Museo del Estado Vaticano.
Historias verdaderamente
curiosas y bizarras de lo que fueron los juegos olímpicos en la antigüedad.
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