¿LEONARDO DA VINCI DEJÓ PISTAS SOBRE SU HOMOSEXUALIDAD EN EL CUADRO DE LA MONA LISA?
Por Percy Taira
Sin lugar a dudas el nombre de
Leonardo Da Vinci ha servido para correr ríos de tinta, pero tanto o más se ha
dicho también, sobre una de sus obras más representativas: La Mona Lisa. Muchos
investigadores han investigado este enigmática pintura, no sólo tratando de descubrir
los trazos y la genialidad de Da Vinci en la práctica de la pintura, sino, para
descubrir los mensajes que pudo ocultar el pintor allí y también, responder a
la pregunta que hasta la fecha no ha podido ser respondida certeramente por
nadie: ¿Quién fue la Mona Lisa? ¿Quién fue la musa que inspiró a Leonardo Da
Vinci?
LA TEORÍA ACEPTADA
Hasta el momento, la teoría
más aceptada sobre la identidad de la Mona Lisa, es que se trató de Lisa
Gherardini, la bella esposa de un hombre de negocios florentino, llamado
Francesco del Giocondo.
El nombre de “Mona”, sería un
diminutivo de Madonna que significa “Señora”, y “Lisa”, el nombre de la mujer
mencionada. Por otro lado, el apelativo del cuadro de “La Gioconda”, se
relaciona al apellido de su marido.
Sin embargo, hay varios
investigadores que cuestionan esta teoría y han propuesto otras, quizá mucho
más arriesgadas pero no por ello, menos interesantes.
En este post compartiré una de
ellas que ha llamado mi atención. Una teoría que mezcla mensajes ocultos y una
identidad de aquella mujer que pocos sospechaban.
LOS OJOS DE LA MONA LISA
Todo empieza cuando el Comité
Nacional Italiano para la Valoración de Bienes Históricos, decidió analizar el
cuadro del pintor, milímetro a milímetro. Es en ese trabajo cuando descubrieron
que en los ojos de la Mona Lisa se notaban claramente dos letras, una en cada
ojo: las letras “L” en el derecho y “S” en el izquierdo.
Para el presidente del comité,
Vinceti Silvano, la letra “L”, podría relacionarse con el nombre de Leonardo
(como una firma que quiso incluir el autor) pero también, de Lisa, la mujer que
pudo ser retratada. ¿Pero qué hay de la “S”? Según Silvano, la inicial podría estar relacionado nada menos que con el
nombre de “El Salai”, que era el apodo de Gian Giacomo Caprotti, joven alumno de
Da Vinci, quien era además, su amante.
Según el investigador, al
parecer, Da Vinci si bien pudo haber tenido como modelo a Lisa Gherardini también pudo haber querido, de manera oculta,
retratar a su amante “El Salai”, pues si uno compara el rostro de la Mona Lisa
con los cuadros que se tienen de su alumno, puede encontrar varias similitudes
y parecen encajar ambos rostros, casi perfectamente. Es decir, Da Vinci habría
querido reflejar en el cuadro la figura de la mujer y del hombre, en una sola
persona, como una forma de anunciar su homosexualidad.
EL NÚMERO 72 DEL PUENTE VIEJO
Lo dicho se respalda con
otro número encontrado en el cuadro por este equipo de investigación: el número
72 escrito en el puente que sirve de fondo en la pintura. Para Silvano, este
número tiene una connotación mística, en la que el 2 es una cifra que se
relaciona con la armonía entre el género masculino y el femenino, una fusión
entre el hombre (El Salai) y la mujer (Gherardini).
No obstante, para otros
investigadores, tanto las letras vistas en los ojos del cuadro como el número
72, no son ningún tipo de mensaje oculto y simplemente se debe al mal estado
del propio cuadro. Pero una historiadora de arte italiana, llamada Carla Glori,
tiene una hipótesis relacionada con este número, que resulta sumamente
interesante.
Según la historiadora, el
puente que se encuentra sobre el hombro izquierdo de la Mona Lisa, es un puente
real ubicado en el pequeño pueblo de Bobbio, situado al norte de Italia. Lo
curioso del caso es que este puente fue destruido debido a una inundación
ocurrida en el año de 1472 (el cuadro fue pintado entre 1503 y 1519), con lo
que podría ser una forma en la que el pintor Leonardo Da Vinci, quiso dejar
registrado la fecha de la tragedia pero además y sobre todo, la identidad del
puente.
Pero ¿por qué era tan
importante este puente para Leonardo Da Vinci? Y es que el Puente Viejo o
Puente Jorobado como es conocido oficialmente en Italia, tiene, en la tradición
popular un nombre mucho más extraño: el puente del Diablo, y curiosamente, el
apodo cariñoso con que Da Vinci solía llamar a su amante “El Salai”, es un
término que significa: Pequeño Diablo. Apodo puesto por el pintor debido a las travesuras, robos, y embustes que
realizaba su joven alumno.
¿Quiso Leonardo Da Vinci anunciar
con esto su amor por Gian Giacomo Caprotti? ¿Quiso el genio reflejar en su
cuadro un amor prohibido en su época o en todo caso, un guiño sobre las ideas
que tenía sobre la homosexualidad? ¿Quizá a esto se debe esa sonrisa casi
burlona y enigmática de la Mona Lisa? Es difícil saber esto a ciencia cierta,
sin embargo, algunos sospechan que tal vez este sea el motivo del por qué Da
Vinci no se desprendió del cuadro nunca y lo llevó a todos los lugares que
visitó por más de quince años. Tal vez tenía miedo que el cuadro cayera en
manos equivocadas que pudieran revelar el mensaje que quería transmitir.
Por último, un dato que les
puede parecer curioso e interesante, si tomamos las letras MONA LISA y las
cambiamos de lugar, tenemos la expresión MON SALAI, que quiere decir, MI SALAI.
Sin lugar a dudas, la Mona
Lisa continuará dando mucho qué hablar, tanto o más que su propio autor.
Comentarios
Pecy Taira, tu hacemos posts muy geniales e innovadoes, gracias por los datos.
.hoy en dia pasa tb y el populacho no se entera al ver ciertos logos de empresas o un suelo ajedrezado...el 72 es el grado maximo de la masoneria del rito Irlandes igual k el 33 lo es del frances.