ENTREVISTA A SIR ARTHUR CONAN DOYLE EN LA QUE HABLA SOBRE ESPIRITISMO



Por Percy Taira

Esta es una entrevista de 1927, en la que el escritor Sir Arthur Conan Doyle, a los 68 años de edad, dio para la Fox Film Corporation, y en la que habló sobre sus dos grandes pasiones en su vida: Sherlock Holmes y el espiritismo.

En este vídeo está la entrevista completa subtitulada en español, y se puede notar la enorme contradicción, por lo menos visto desde nuestro tiempo, que el autor del famoso detective del mundo, ponía poner el total racionalismo a sus obras y por otro lado, a su acercamiento con ese más allá, con ese otro lado, que según él, podía ser comprobado a través de las prácticas espíritas. Un hombre que pese a que, incluso en su tiempo, el tema del espiritismo era mal visto, salía a defenderlo con el mismo apasionamiento con que podemos ver en este vídeo y a través de sus artículos.

Espero que les guste este vídeo, y quizá nos sirva para reflexionar no sólo con el tema del espiritismo, sino, y lo que me parece más crucial, el valor de un hombre, que teniendo la reputación de gran escritor, es capaz de enfrentarse a la burla general, para defender en lo que cree y lo que le apasiona.

Este es el vídeo, y debajo les dejo transcrita el contenido de la entrevista.





ARTHUR CONAN DOYLE  Y EL ORGIEN DE SHERLOCK HOLMES


Hay dos cosas sobre las que la gente siempre quiere preguntarme, una es cómo llegué a escribir los relatos de Sherlock Holmes y la otra es cómo llegué a tener experiencias espiritistas y a tomar tanto interés por esta cuestión.

Para empezar, sobre los relatos de Sherlock Holmes, comenzaron de esta manera: Yo era un joven doctor en aquella época, y tenía por lo tanto, un entrenamiento científico y solía leer ocasionalmente relatos de detectives, pero me molestaba que en los antiguos relatos de detectives, los detectives siempre parecían obtener sus resultados por alguna cuestión de suerte o camino, o sino, quedaba sin explicación cómo lograban la solución. El detective lo conseguía pero sin dar una explicación de cómo.

A mí eso no me parecía del todo jugar limpio, me parecía que estaban obligados a dar explicaciones de por qué había llegado a esas conclusiones. Entonces empecé a pensar en ello: ¿Por qué no introducir métodos científicos en el trabajo de los detectives?

Cuando era estudiante tenía un profesor llamado Bell, que era extremadamente rápido con el razonamiento deductivo. Él miraba al paciente, y solo con abrirle la boca, era capaz de hacer su diagnóstico de la enfermedad, a menudo de la nacionalidad, o incluso adivinar su empleo y otras cosas, enteramente a través de la observación, así que naturalmente, me pareció bien que personas científicas como Bell se dedicaran a asuntos detectivescos.

Él no averiguaba las cosas por casualidad. Él se las apañaría para dar con la solución científicamente. Así que, una vez, tomada esa línea de pensamiento, es fácil de imaginar que tenía en mente una nueva manera de ver a los detectives y era una manera en la que me apetecía trabajar. Así que empecé a pensar en cientos de pequeños detalles y en cientos de toques con los que podría llegar a sus conclusiones, y empecé a escribir historias basándome en esas premisas.

Al principio llamaron poco la atención, pero después de un tiempo, cuando empecé a escribir aventuras cortas, una detrás de otra, publicándose mes tras mes en "Strand Magazine", la gente comenzó a darse cuenta de que se trataba de historias de detectives diferentes a las antiguas, que tenían algo allí que era nuevo y empezaron a comprar las revistas y empezaron a prosperar y yo con él. Ambos prosperamos juntos, y desde ese momento, Sherlock Holmes quedó establecido. He escrito sobre él mucho más de lo que nunca pretendí, pero mi mano ha sido obligada a escribir por los muchos y amables amigos que querían saber más. Y así es como este gigantesco crecimiento ha salido de una semilla muy pequeña en comparación.

Pero lo realmente curioso es cómo hay tanta gente en el mundo que piensa que él es un ser humano real. Recibo cartas dirigidas a él, recibo cartas pidiéndome su autógrafo, recibo cartas dirigidas a su estúpido amigo, Watson, e incluso recibo cartas de señoritas que quisieran trabajar como su criada. Una de ellas, cuando se enteró de que se había pasado a la ocupación de cultivo de abejas, me escribió diciendo que ella era una experta en segregar a la reina, lo que sea que eso quiera decir, y que ella estaba evidentemente predestinada a ser la criada de Sherlock Holmes.

No sé si hay algo más que pueda decir privilegiadamente sobre él.


ARTHUR CONAN DOYLE HABLA SOBRE EL ESPIRITISMO


Pero en cuanto al otro punto, que es mucho más serio para mí, es sobre la cuestión de mi afición por los asuntos psíquicos. Es bastante curioso que mis primeras experiencias en esa dirección fueron en la época en la que Sherlock Holmes estaba siendo creado en mi mente, eso sería entre el año 1886 y 1887, así que nadie puede decir que formase mis opiniones en materias psíquicas muy precipitadamente, con 41 años que hace ya desde que escribí un artículo sobre la materia que apareció en la revista "Light" y con el que dejé constancia de ello.

Durante estos 41 años, nunca perdí ni una oportunidad de leer, estudiar y experimentar en esta materia. La gente me pregunta si escribiré más relatos de Sherlock Holmes, y ciertamente, no lo veo probable, pero conforme envejezco, el asunto espiritista crece en intensidad y uno lo ve más seriamente, y yo creo que los pocos años que me quedan estarán profundamente mucho más dedicados a esa dirección que a la literatura. Sin embargo, por supuesto que no he dejado de escribir, es la manera de ganarme la vida, pero mis principales pensamientos son que debería difundir, si puedo, ese conocimiento que tengo en asuntos espiritistas, y propagarlo tanto como pueda entre aquellos que han sido menos afortunados.

No supongo ni por un momento que estoy auto nombrándome el inventor del espiritismo, ni que soy el principal exponente de ello, hay muchos grandes médiums, muchos investigadores psíquicos, investigadores de todas las clases. Todo lo que pretendo es ser como un "gramófono" en la materia, para ir, enfrentarme a gente cara a cara, para intentar hacerles ver que esto no es una cosa tonta, como se la representa tantas veces, sino que es una gran filosofía, y como yo la veo, la base de todos los avances religiosos en el futuro de la humanidad.

Supongo que lo que digo lo digo con más motivos, buenos y malos, e indiferentes, que quizá cualquier ser vivo, por tanto, con una gran variedad, porque he viajado tanto, por todo el mundo, y donde quiera que he ido (he estado en Australia, América, Sudáfrica) todo lo mejor que tuviera que ver esto era puesto a mi disposición. Así que cuando la gente llega y me contradice, sin tener ningún tipo de experiencia, habiendo leído poco y quizá sin haber viajado nunca por los océanos, pueden imaginar que no me tomo sus posturas muy en serio.

Cuando hablo de esta materia, no hablo sobre algo en lo que creo, hablo sobre lo que sé. No hablo sobre lo que pienso, hablo sobre lo que sé, y hay una enorme diferencia, créanme, entre creer una cosa y saber una cosa, y hablar sobre cosas con las que me he enfrentado, que he visto, que he escuchado con mis propios oídos, y siempre, fíjense, en presencia de testigos. No han podido ser alucinaciones. Normalmente, en la mayoría de mis experimentos, he tenido 6, 8 ó 10 testigos, y todos ven y escuchan las mismas cosas que yo.

Gradualmente, me fui volviendo más y más convencido en la materia, estudiándola regularmente, pero fue sólo en la época de la guerra cuando nuestros espléndidos jóvenes desaparecieron de nuestra vista, el mundo entero se preguntaba ¿Qué ha sido de ellos? ¿Dónde están? ¿Qué están haciendo ahora? ¿Se han desvanecido de la nada? ¿O aún son los grandes amigos que conocíamos? Fue sólo en ese momento en que me di cuenta de la tremenda importancia para la humanidad de saber más sobre esta materia.

Esto hizo que me lanzase aún más seriamente a ello y sentí que el propósito más alto al que podría dedicarme en lo que me quedaba de vida, era intentar dar a conocer a todo el mundo algo de ese conocimiento y esa seguridad que había adquirido yo mismo. Ciertamente los resultados me lo han justificado. Estoy seguro de que podría llenar una habitación de mi casa, con las cartas que he recibido de gente, hablándome del consuelo que mis escritos sobre esta materia y mis conferencias sobre esta materia, le han dado a ellos. Cómo ellos, por una vez más, han podido volver a escuchar el sonido de una voz que se había apagado, y han vuelto a sentir el tacto de una mano que se había desvanecido.

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