MONJE ARDE VIVO COMO MEDIDA EXTREMA DE SU PROTESTA

Las protestas más extremas parecen no quedarse en el pasado, sino que hoy en día son legados más que vigentes. Quien no recuerda al monje budista vietnamita, Thich Quang Duc, quien el 11 de junio de 1963 que se hizo archiconocido por prenderse fuego vivo y mantenerse completamente inmóvil mientras ardía su cuerpo. No gritó, ni siquiera hizo un ruido y luego de morir cuando fue cremado, inexplicablemente su corazón se mantuvo intacto por lo que fue considerado un santo.

Pues bien ese acto traído del pasado, está causando el furor de los tibetanos, y no precisamente porque el mismo moje haya vuelto a la vida para repetir su acto, sino mas bien porque muchos monjes del sudoeste de China, en la provincia china de Sichuan, están prendiéndose fuego vivos.

De hecho este lunes el monje de 29 años Tsewang Norbu, prendió fuego a su cuerpo en Daofu, citando a las autoridades de la prefectura autónoma tibetana de Gandze para que presencien su acto. Su protesta tenía como reclamo el regreso al país del Dalai Lama, líder espiritual exiliado de los tibetanos. "Se le escuchó decir: 'los tibetanos queremos libertad', 'larga vida al Dalai Lama' y 'permitid que el Dalai Lama regrese a Tíbet'. Se cree que murió en el lugar de los hechos"

Este acto podría provocar nuevas tensiones en las zonas mayoritariamente tibetanas de la provincia de Sichuán, donde ha tenido lugar el suceso y que es fronteriza con la región de Tíbet, tras las protestas de marzo pasado cuando otro monje tibetano se prendió fuego y falleció.

Y este acto es la segunda inmolación pública de un monje budista en lo que va de año en China.

Su líder desterrado

Los problemas se sucintan porque Pekín acusa al Dalai Lama de ser un separatista que colabora con la violencia. China también rechaza las acusaciones de que oprime a los tibetanos y dice que su Gobierno ha generado grandes beneficios a una sociedad que era extremadamente pobre.

Nada nuevo

En marzo del 2008, protestas lideradas por monjes en Lhasa, la capital regional del Tíbet, fueron reprimidas por la policía y se tornaron violentas. Los alborotadores incendiaron tiendas y atacaron a residentes, sobre todo a chinos han, a quienes muchos tibetanos ven como intrusos que amenazan su cultura.

Esos disturbios se expandieron a otras partes tibetanas de China, incluyendo la montañosa región oeste de Sichuan.

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