COLABORACIÓN: TESTIMONIO SOBRE LOS HOMBRES SOMBRA (SHADOW PEOPLE)





NDE: Luego de leer un post en nuestro blog sobre los Hombres Sombra o Shadow People (leer artículo en esteenlace) nuestra amiga y lectora Nina Delprato ha querido compartir con nosotros su increíble historia. Historia que no solo está relacionado con este fenómeno (una presencia que está con ella desde que es muy niña y que ha bautizado como Aiden), sino también con las acciones que Nina ha tomado para tratarlo. Estoy seguro que muchas personas que están en estos momentos pasando por hechos similares sentirán, primero, que no son los únicos, y segundo, que es posible encontrar paz y tranquilidad, y verdadera compresión en los demás, al tratar y compartir sus experiencias sobre estos temas.



Por Nina Delprato
Desde Córdoba (Argentina)

Hace apenas 3 semanas, surgió una charla con mi madre sobre mi infancia y aquellos acontecimientos que la formaron y que marcaron algunas de las características que aún conservo. Ella me supo narrar sobre aquellos días, en los que yo tenía tan solo 3 o 4 años de edad, en los que era muy pequeña y toda la familia se había influenciado junto conmigo sobre mi gran amigo imaginario(?).

En aquel tiempo esta "presencia" invisible para los demás excepto para mí, llevaba un adorable nombre: simplemente Didi. Aquel ser mágico se había transformado en mi mejor amiga/o... aunque a veces yo misma me asustaba de sentirle cercano. Con el paso del tiempo y adquiriendo mayor riqueza de expresión, manifesté que Didi era de color oscuro penetrante, que no se le veían los pies, que era algo así como un fantasma que flotaba silencioso y de un color negro definido. Llevaba como una especie de ropa o túnica del mismo color y no tenía un rostro visible...que no hablaba simplemente circulaba por la casa libremente y que se paraba a los pies de mi cama cuando jugaba con mis muñecas o leía alguno de mis libros favoritos. Si compraba algo, comía alguna cosa o creaba algún detalle hacía uno para mí, otro para mi familia y siempre uno para Didi.

Con el paso del tiempo este lazo... esta creencia no cesó, por el contrario... se fortaleció. Nuevas experiencias a nivel educativas, nuevos momentos y acontecimientos familiares se avecinaron... pero fue con mayor fuerza en mis años escolares que no pude separarme de aquello en lo que firmemente creía. Muchas personas me temían, otras me ignoraban, otras me lastimaron, y casi nadie se me acercaba. Fue con el tiempo cuando comenzaron a preocuparse por mí y mi salud y comenzaron los famosos tours por los diferentes médicos y especialistas en Psicología, Neurología, entre otros... pero siempre me vieron como una personita sana con gran imaginación y un profundo sentimiento aferrado con amor hacia mis creencias e intereses. Pero en mi época de secundaria comenzaron los problemas más notables... la ausencia de amigos, las largas horas de soledad recorriendo los pasillos del colegio o largas horas en la biblioteca... escuchando aquella música que me hacía no sentirme tan sola.

Un día supe contarle a una persona esto que yo sentía... y esto llegó hasta oídos de una directora que preocupada acudió a la Psicóloga de la institución. Esto marcó aún más mi soledad... porque cuando yo caminaba junto a la profesional para mi sesión... parecía despertar la chusma del resto del alumnado. Concluí mis estudios aferrada a mi música y a aquella firmeza de esta presencia que no se borraba, por el contrario se hacía notar ya con acontecimientos inexplicables. Cerré mi secundario con un amor brillante por parte de muchos profesores y hasta del personal de limpieza y cantina... que me veían como un ser noble de buen corazón pero de extrema soledad. Ya ahí comencé una nueva etapa... la universidad.

Nuevas caras, nuevas metas, y una variedad espléndida de profesores con los cuales no cesa el cariño y compromiso por aprender... por crecer. He recibido muchas veces más amor de ellos que de muchos de mis familiares... y siempre acompañada de un muy buen apunte, muy buena música y mi inseparable amigo.

Fue entonces cuando en marzo de este año, empecé a frecuentar eventos de temática de Música y Animé (eventos sociales). Volví a ser yo... pero con amigos de verdad... la joven de porte solitario?, con buena música y llena de estímulos intelectuales enriquecidos por el interés de aquello que llamaba mi atención. Así fue como conocí personitas que rompieron esa soledad y se convirtieron en grandes amigos. Y entonces fue cuando les invité a casa y en cada ocasión desesperados y ansiosos vinieron a contarme que habían visto circular por casa una figura de color oscuro penetrante, que sus pies no eran visibles pero que parecía flotar... con un rostro no definido pero que se manifestaba con acciones o sonidos que llamaron la atención de estas personas: Apaga o prende luces, tira objetos o te brinda una sensación de percepción especial que te ayuda a reaccionar ante algo de manera precisa ... exquisita me atrevo a decir. Ya no soy solamente yo quien le ha visto o percibido... Hoy se ha convertido en un tema delicioso de charla, y hoy también lo comparto con un muy inteligente y experimentado Psiquiatra que trabaja en conjunto con una excelente Neuróloga y en compañía de otros profesionales que analizan mi caso.

Llegué al Dr. Molina (Psiquiatra) en Octubre de este año... cuando un violento episodio epiléptico me llevó a concluir en el hospital. Fue allí donde diversos remedios psiquiátricos y neurológicos me fueron brindados para ayudar a mi organismo a no volver a colapsar.

Hoy puedo escribir sobre Aiden! En la madrugada del 4 de octubre cuando ocurría mi primer y más violento ataque con protocolo epiléptico... este ser misterioso se manifestó ante otra persona que descansaba en la misma habitación que yo... realizando ruidos que le despertaron y lo alertaron de mi estado. Esta persona pudo contenerme durante el shock y tras el paso del mismo me comentó el haber visto y sentido esa presencia impactante que le despertó. Desde entonces, por nuestro interés y aceptación de un juego de PlayStation bauticé a este Shadow People con el nombre de Aiden.

Mi tratamiento sigue en marcha, mi salud se recupera con grandes estímulos... fisioterapia, conocimiento, con ejercicios psicotécnicos, juegos de percepción, meditación, lectoescritura... pero por sobre todo la felicidad plena de saber que hay un grupo médico impecable que junto a diversas instituciones de estudio intelectual, neuronal, psicológicos y psiquiátricos han reafirmado mi inteligencia, mi percepción, mi especial lectura de lo que me rodea... y la manera sensible y expresiva de interpretar las cosas, los hechos, las personas.

Tuve miedo mi querido lector... cuando ante tantos médicos relaté lo que ocurría... pensé que me tomarían como un ser quebrado... desquiciado... fuera de este mundo coherente pero por el contrario encontré mi lugar en el mundo. Un lugar de aceptación y desarrollo, de aprendizaje y comunicación, expresión noble con una visión exquisita que en muy pocas personas se encuentra... y con la seguridad plena de saber que esto parece una locura... pero en realidad es una manifestación sana de una percepción, una creencia, una importante parte de mi ... que no puedo ni quiero desaparecer.

Me siento muy feliz de saber que no estoy loca, que era lo que yo más temía. Y puedo decir con firmeza que no soy especial ni exclusiva... soy una persona como todos los demás con una mente apasionada, sana y firme, con un corazón sensible y formada con una gran percepción. Simplemente auténtica, jamás sola y humildemente feliz.

Muchas Gracias por recibir estas palabras. Escribo con mucho amor mi experiencia de vida.

Humildemente Nina Delprato.


Agradezco a Dios cada día por enseñarme a vivir a crecer, y no me arrepiento de cada una de las situaciones que me fortalecen y de los lazos de afecto en los que me siento y soy muy feliz.


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