DATOS CURIOSOS DEL MUNDO DEL MISTERIO (PARTE 1)
Grabado de 1820 en el que un esposo vende a su esposa por infidelidad. |
Por Percy Taira
Bomba atómica en
la Luna
En 1958 la Fuerza Aérea de los
Estados Unidos preparó un plan que consistía en lanzar armas nucleares a la
Luna. El proyecto se llamó Estudio de los vuelos de investigación lunar y su
nombre en clave fue Proyecto A119. La idea era lanzar un misil intercontinental
a la Luna con una potente carga nuclear lo suficientemente potente como para
que se pueda ver en la Tierra por la gente, especialmente, por supuesto, por
los soviéticos, como una forma de intimidación, por suerte, este plan nunca se
llevó a cabo, suponemos por algún sentido común.
Venta de esposas
Entre 1780 y 1850 se instauró
una terrible costumbre en Gran Bretaña: La de vender a las esposas. Así es, si
uno no podía divorciarse de su esposa o si estas le eran infieles o si simplemente
ya no las aguantaban, pues los esposos podían ponerla a la venta. Se dice que
se registraron entre estos años la venta de más de 300 esposas. ¿Cómo eran
vendidas? El marido llevaba a su mujer a la plaza del mercado con una soga alrededor
del cuello, el brazo o la cintura, se la “promocionaba” y se iniciaba la
subasta. ¿Y cuánto costaba una esposa? Pues esto variaba: un barril de cerveza,
una vaca, etcétera.
El Síndrome de Stendhal
Es quizá una de las
enfermedades que cualquiera quisiera tener por lo menos una vez en la vida: el
desmayo por observar tanta belleza. Pues bien, esta enfermedad psicosomática cuyos
síntomas son el elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión e incluso
alucinaciones ante la presencia de bellas obras de arte o cualquier otro tipo
de belleza, le ocurrió al famoso autor francés del siglo XIX, Stendhal (seudónimo
de Henri-Marie Beyle) en una visita a la Basílica de Santa Cruz en Florencia,
Italia, en 1817.
Cuando Stendhal estuvo allí, la
belleza de las estructuras y del arte que había en ese lugar simplemente se
desvaneció por completo. Cuenta el propio Stendhal lo siguiente: "Había
llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes
dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa
Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a
caerme".
Alexander Graham Bell
El inventor del teléfono, el
mismo que permitió que las voces de todas las personas en la actualidad
pudieran viajar miles y miles de distancias, tuvo quizá un motivo más personal
para investigar el asunto de la voz humana y sobre todo del sonido. Y es que
tanto la madre de Graham Bell, como su esposa, eran sordas. Lamentablemente no
pudo inventar algo para curar este mal. Un dato curioso más, cuando Alexander
Grahan Bell inventó el teléfono, propuso como saludo inicial para comenzar la
conversación el saludo “Ahoy” y no el que hoy conocemos como “Aló”.
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