LIBROS DEL MISTERIO: BRUJAS (LOS INSTRUMENTOS MAGICOS)
Herramientas de brujas |
Por
Sergio Tenguán
En este nuevo año 2012, continuaremos con
este libro de la editorial LIBSA, escrito por Luis T. Melgar. En nuestro último
artículo del año pasado, tratamos sobre los orígenes de las famosas brujas y
las diferentes formas y costumbres que adoptaban según su época y lugar de
procedencia.
En la presente nota, les comentaré un poco
sobre qué tipo de artilugios utilizaban las brujas en sus ritos, si estos venían
cargados de algún tipo de magia o encantamiento en particular, o por el contrario, si era todo puro cuento
infantil.
Probablemente, la mayoría de nosotros
seguimos con la idea de que las brujas se vestían de dos maneras. Las malas,
siempre de negro y las buenas, con colores pasteles alegres y por lo general
con vestidos elegantes.
La verdad es que esto no era así en la vida
real. Al haber sido presas de persecuciones y demás, las brujas, tanto buenas
como malas, intentaban pasar desapercibidas. Es decir que se vestían de acuerdo
a la época, el lugar donde vivían y a su condición social. Lo que sí podría ser
cierto, es lo referente a las ropas negras, puesto que muchas de las mujeres
que incursionaban en la brujería o hechicería, eran mujeres viudas y por lo
tanto al guardar luto se vestían de negro.
Si nos ponemos a pensar sobre los lugares
donde vivían las brujas, podríamos decir que en primer lugar, vivían en lugares
comunes y corrientes, eso sí, la vivienda tenía que contar por lo menos con una
cocina, para preparar las medicinas, ungüentos y pociones. Asimismo, necesitaban
de un lugar privado para guardar todos los ingredientes necesarios.
Por último, era preferible que la vivienda
estuviese un poco alejada ya que cada cierto tiempo, las brujas tenían que
reunirse, algunas veces en casas de las mismas brujas, o en otras ocasiones, al
aire libre, como en un bosque o en las riberas de los ríos.
Ahora que ya hemos comentado un poco más
sobre las preferencias de vestir y de vivir de las brujas, podemos entonces
adentrarnos en lo que respecta a los objetos que utilizaban para llevar a cabo
su magia.
Las
varitas mágicas
Este sería sin duda el instrumento más
importante que llevan las brujas consigo. Se trata por lo general de una vara
de madera que sirve para canalizar las fuerzas mágicas entre la bruja y su
entorno. Este tipo de objetos ya era popular en el Antiguo Egipto, sin embargo
en nuestra era, el primer libro que trata sobre ellos es El gran libro de San Cipriano.
Las varitas no eran mágicas de por sí, sino
que las antiguas brujas, después de haberlas tallado meticulosamente, grababan
en un extremo la palabra AGLA, en el
centro ON y en el otro extremo TETRAGAMMATON. Luego tenían que recitar
un hechizo y de esta manera se le daba poder a la varita.
Las varitas eran utilizadas a la hora de
realizar hechizos y encantamientos, pero nunca para practicar la magia negra.
Vara
de zahorí
Esta era una varita especial, que servía
para encontrar objetos tan diversos como agua, minerales o tesoros. También se
utilizaba para buscar personas.
En principio, cualquier rama con forma de
horquilla puede servir como vara de zahorí, sin embargo las brujas tenían una
norma más estricta en cuanto a la fabricación de la vara.
Usaban una rama medio metro de largo en la
cual en un extremo tallaban la cabeza de una serpiente y dos colas en los
extremos de la horquilla. Asimismo, para activar los poderes de esta vara, las brujas
realizaban un complejo ritual que incluían un altar y un cordero blanco para
sacrificar.
El
cuchillo ritual
Este es otro de los instrumentos básicos
que toda bruja debía tener. Con él se llevaría a cabo los sacrificios, se cortarían
los ingredientes de los filtros y pociones, y se trazará el pentagrama en el
suelo de tierra o de madera.
Los puñales más apreciados eran los de
plata, pero por motivos prácticos eran más frecuentes los de hierro o acero.
Para darle más poder al cuchillo, las
brujas le grababan un pentagrama, el cabalístico triángulo del abracadabra o
las propias iniciales.
En la consagración del cuchillo ritual, se
pretendía sintonizar al cuchillo con la bruja de tal manera que nadie más
pudiera usarlo. Para tal efecto el oficiante de la consagración debía
introducir el cuchillo al fuego y verter sobre él la sangre de una víctima
sacrificada y paso seguido, recitar un hechizo.
El
caldero
Los calderos se usaban para elaborar
filtros y pocimas, aunque también se empleaban para llevar a cabo otros
rituales, este estaba hecho de cobre o hierro, de unos sesenta centímetros de diámetro
y deba tener forma ovalada con patas para que pudiera sostenerse de pie. Los
calderos tienen sin duda una gran influencia celta, su mitología estaba plagada
de calderos de la abundancia y la sabiduría.
La
escoba
El imaginario popular que surge del MalleusMaleficarum y de otras obras semejantes, le atribuye a las brujas el poder de
volar. Los teólogos de la época estaban divididos entre los que pensaban que,
en efecto, el vuelo se daba en el plano físico y los otros que pensaban que era
una experiencia extracorpórea.
La escoba nace de varios simbolismos
diferentes. El primero de ellos es de carácter fálico y pretendía poner en
relieve la promiscuidad sexual de las brujas. El segundo de ellos pone de
manifiesto el carácter femenino de esta práctica, ya que la escoba era un
instrumento usado casi exclusivamente por las mujeres.
Se dice que las brujas nunca fabricaban sus
propias escobas, sino que la recibían de sus maestras a manera de regalo de
graduación en las artes mágicas.
Para que la escoba volara, la bruja tenía
que untarla con un ungüento especial que consistía en un combinado de plantas
con efectos narcóticos.
Todos estos instrumentos existieron y
fueron utilizados por las brujas durante varios siglos, inclusive hasta
nuestros días. Sin embargo lo que no se puede afirmar es si realmente eran
mágicos o no.
Las brujas, al tener conocimiento en
medicina natural, sabían muy bien los efectos de las plantas narcóticas, puede
ser que al ingerir las dosis adecuadas, ellas creyesen en que los rituales de consagración
del instrumento mágico, efectivamente, los dotaban de poderes mágicos, luego,
las historias y la tradición oral, que posteriormente fueron impresas en obras
como el Martillo de las Brujas, dio
fe de todo esto y es así como llegaron hasta nuestros días todas estas
historias.
La próxima semana seguiremos comentando
este libro de brujas, un tema tan interesante que sigue vigente después de
tantos siglos...
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