NINACACA, LA CIUDAD DE LOS MUERTOS

Imágenes de El Comercio

Un cementerio se ha convertido en el nuevo atractivo turístico en Cerro de Pasco. Y es que pese a lo lúgubre que puede sonar este punto de visita, el camposanto San Pedro, ubicado en el pequeño distrito de Ninacaca, ha demostrado gracias a una muestra de surrealismo y creatividad en sus lápidas y tumbas, que incluso la muerte, puede ser sumamente atractiva.

Un cementerio sin cruces

Lo que más llama la atención de este cementerio es sin lugar a dudas su falta de cruces, pues estas han sido cambiadas por los símbolos que de alguna manera identifican a la persona que yace bajo la tierra.

Así podemos encontrar por ejemplo en la tumba de un ex alcalde de este distrito, una réplica en miniatura del Palacio Municipal, algo similar sucede con la cripta de un ex fiscal y de un profesor, en donde tienen en su lápida, las copias de una pequeña fiscalía y de un colegio, respectivamente.

Y es que en este lugar se mezclan de manera informe e irregular tantos estilos arquitectónicos, que pueden verse fácilmente estructuras del Vaticano como del Taj Mahal, e incluso estadios de fútbol de los equipos más representativos del país.

Un origen trágico

Según narra el periodista Raúl Mayo Filio, de El Comercio, esta idea de realizar este tipo de estructuras mortuorias se originó con un episodio trágico ocurrido en marzo de 1989.

Cuenta que hace 20 años un atentado terrorista destruyó el local de la cooperativa San Pedro de Ninacaca, y ese mismo día, el presidente de la comunidad campesina, Francisco Espinoza, fue secuestrado y luego asesinado. Horas más tarde, una nueva explosión mató al entonces alcalde Gerardo Huaricapcha Torres y dejó en escombros su oficina.

Durante el entierro de las víctimas, y como los locales donde se desempeñaban habían sido demolidos, se levantaron réplicas en miniatura: una cooperativa para Espinoza y una alcaldía para Huaricapcha.

Poco después falleció Francisco Huaricapcha Meza, quien dirigió durante 35 años la escuela 502 de Ninacaca y sobre la tumba colocaron una pequeña escuela. Y fue así como poco a poco fue comenzando a instaurarse esta costumbre.

Las estructuras

En cuanto a estas estructuras, estás son hechas por gente de la zona, uno de estos “arquitectos” es Leonidas Ponce, quien desarrolla sus monumentos usando cemento, fierro, mayólica y marmolina, y se basa en su construcción con fotografías que les llevan sus clientes. El costo de estas obras fluctúan entre los 700 y 2,500 soles, una cifra que dada a la gran pobreza de la región de Cerro de Pasco, llama sumamente la atención pues revela la gran importancia que tiene para este pueblo la sepultura digna de sus muertos.

Tal ha sido el impacto de este cementerio dentro de la comunidad, que los pobladores aseguran que ya otros distritos están imitando esta forma de enterrar a sus muertos. Por lo pronto, el cementerio de San Pedro es el único en su especie y esperemos que se convierta en uno de los puntos más populares de Cerro de Pasco para el turismo, sobre todo del llamado turismo de miedo, tan popular en Europa.

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